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Selección de poemas de Santiago Bao (II)

Santiago Bao

Argentina



LOS TRUENOS DE LA MEMORIA

Yo también me distraje
camino de la escuela
por una piedrita luminosa
por un brillo
que me hacía retornar
por la calle arbolada
de naranjos amargos.
Yo también sentí el desamparo
de cosas que todavía
no se habían ido del todo
y se incorporaron a las frías
sombras de los desvanes
o los sótanos umbríos
y ahora
se aglutinan reservadamente
para congregarse otra vez.
Yo también oigo los truenos
sobre el río de la memoria
y espero la lluvia
que disipará la última
lágrima
sobre la gran Madre Tierra
abierta que desde siempre
aguarda.


TIEMPOS MALDITOS

Tiempos malditos estos
en que los esclavos
temen romper sus cadenas
y hasta se preguntan
si son dignos de ellas
el amo y el esclavo
satisfechos
la ilusión perfecta
de un paraíso maldito.

MEMORY

El polvo
de la memoria pura
es el terciopelo tierno
la tapicería del humo
de madreperla
la pátina de las fracciones
breves del tiempo
la ilusión del fragmento fino
conque están hechas
las inocencias que valen
las lloviznas dulces.

AZARES

Como un dado lanzado
al aire
tenemos la vida
y caemos de una cara
u otra
en un azar aleatorio
circunstancias
a veces de sombras
a veces de luces
suspendidos de lo efímero
a un espejismo
que refute la naturaleza
del azar
el verdadero sentido
de este juego:
el dado siempre tendrá
el punto con que se pierde.

BARROS

Desde aquella vez
en que no quisimos
inclinarnos y tocar
el barro de nuestros zapatos
fue que la misma vida
poco a poco
fue haciéndose intocada
huidiza como las flores
de las despedidas.

MEMORIAS

¿Quién defenderá la memoria
de quienes ya no están
y cada vez más borrosos
se alejan en la distancia?
La casa de mis abuelos
habitada por otros que desconozco
aquella casa con mis tíos
discurriendo alegres en el hilo
del mediodía
de los domingos diáfanos
en que el mundo se asomaba
por un momento
a los designios invisibles
de una dicha breve.
Ni siquiera ruinas
casas de la infancia
sino sobre sus cimientos
otras paredes ventanas puertas
otras gentes rostros desconocidos
para arrojar sobre la memoria
la arqueología de los derrumbes lentos,
el desamparo del polvo
y el silencio del corazón
del abismo.


OH, SIEMPRE

Al fin y al cabo
el alma también envejece
los cansancios arrastran
sedimentos de ilusiones
que sangra el tiempo.
El corazón también envejece
como los soles y los astros;
ese pan de soledad
que habita
las remotas alamedas
y alimenta a los ojos
fatigados de los días.
No sólo el corazón
también envejece el alma,
triste destino
para nuestra ilusión
de eternidades,
como esos sueños
que aún sabiendo vanos
insistimos en soñar
para sentirnos vivos.

 

EL DESVÁN ABANDONADO

Siempre habrá cosas
que nunca dijimos
que cuelgan del destino
como murciélagos de polvo
palabras, larvas
de la memoria
encerradas con mil llaves
en desvanes abandonados
para zurcir
las horas inexorables
del implacable recuerdo.

ENFRENTAMIENTOS

Qué manera
de enfrentarme al destino
con un cuchillo
que no corta nada.
Sangran los otoños antiguos
en esquinas
donde se arrastran
heridas abiertas
de combates desiguales
hacia la zozobra
de seguir estando
en el camino.

SUMAS Y SALDOS

En el Diario Mayor
de las postrimerías
digo: en Caja
casi nada en objetos
que sobrevivirán,
inmuebles de lágrimas
ocultas, de risas
a la columna del Haber
y de manos abiertas,
algunos documentos
de traiciones y olvidos
que compensan saldos.
Se verifican abrazos
en el corazón oculto
de los resultados
de la noche.


DESAPARECER

Primero, ciertos libros
se cubrirán de polvo,
después, algunas cartas
irán sin querer a la basura,
las fotografías se disiparán
en la oscuridad de los cajones;
más tarde, su nombre
se mencionará casualmente,
casi sin emoción,
como en un sueño
sus lugares se cubrirán
con las ruinas del verdín,
finalmente, nadie recordará
el día en que murió.


CANTOS DE GALLO

El gallo
cantó no tres
sino seis veces
yo me quedé quieto
esperé un poco
 y seguí durmiendo
el gallo
hizo lo mismo.
Cuando desperté
la canilla permanecía
con su gotera
el pasto asomándose
por la ventana
y el gallo
picoteaba invisibles larvas
en el piso polvoriento.

CANTOS DE MURCIÉLAGO

Poseo sombras y tinieblas
que como cataratas destilan
 en el espacio
una lluvia de terciopelo
y de una oscuridad blanda
construyo mis túneles
de luces distintas
que mis ojos no ven
transcurro cerca
de la risa de ciertos ángeles
mientras la noche
me recibe con un temblor
desnudo
cuelgo como nave de polvo
tras el espanto
que se arrastra
desde el otoño antiguo
de mis alas.

MOSCAS DE ENERO

Toda la tarde
sobre la mesa
las moscas insistentes
permanecían atentas
en el propósito
de hurgar
en insignificantes migajas.
12 de enero en el patio,
las hojas del paraíso
se arquean en el ardor
del verano.
Las moscas regresan
una y otra vez
exponiéndose audaces
al exterminio.
Triunfa su obstinación,
su inusitado propósito
inagotable
ante mi ánimo
que se disuelve
como la imagen
de una baraja
que no se espera.

Santiago Bao

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