Quién diría que alguna vez, alguién se dedicaría a alimentar a los bolos, pero eso es una realidad en Honduras, por lo general los enfermos alcohólicos pasan desapercibidos en todas partes, son pocos los programas para ese fin y si existen solamente es para desintóxicarlos y tratar de enviarlos de nuevo a su casa con la fe de que jamás vuelvan a tomar el camino del alcoholismo.
Los borrachos o enfermos alcohólicos a diario se los puede encontrar en las esquinas de los negocios, en el parque central o a las afueras de los negocios y en el peor de los casos botados bajo los puentes o solares abandonados, nos tropezamos con ellos y lo único que hacemos es esquivarlos, ignorarlos y seguir nuestro camino sin la menor importancia.
En Honduras la enfermedad del alcoholismo y la drogodependencia es cruel, miles de personas se sumergen en ese mundo por multiples causales, una de ellas es la crisis económica que deriva en la falta de empleos y otros por problemas familiares.
Desde hace varios meses en la capital hondureña es una práctica por parte del director y el personal del Instituto Hondureño contra la Drogadicción y Farmacodependencia (IHADFA) llevar todos los días a las 12 un plato de comida a decenas de enfermos alcohólicos que viven en los sitios mas conflictivos de la ciudad de Comayaguela.
Hasta el Chiverito llegan hombres y mujeres que con sus propias manos elaboran los alimentos para entregar un tiempo de comida calentita a unos 250 alcohólicos y drogadictos de ese punto de la capital.
Esta labor es un verdadero gesto de desprendimiento humano invaluable que muy pocas personas estan dispuestas a realizar, sin embargo, poco a poco ese gesto recibe el apoyo de algunas instituciones como la Organización Mundial de la Salud que hace unos días entregó al IHADFA varios termos para llevarles a esas personas un poco de cafe caliente para acompañar su plato de comida-
Uno de los beneficiarios se acerca al Doctor Rony Portillo, con sus manos temblorosas y agradece por ese gesto que no es cualquiera el que lo hace.