Estimado César Rubio Aracil, con todos mis respetos hacia su persona, le diré que sus comentarios resultan muy desafortunados, quizá más por la forma que por el fondo.Si bien, su labor crítica esta apoyada en una base autodidacta, ¿Por qué Catedrático de Lengua y Literatura Española Vd. no es, verdad? No hace falta que me responda, ya he visto su curriculum.
Si es cierto que el soneto esta compuesto de endecasilabos, y que en uno solo de los versos del poema hay 12 sílabas,un mero error de métrica que según Vd. es imperdonable. Pues sepa que somos humanos y podemos equivocarnos. El referido error, Vd. pretende magnificarlo. Su improvisado comentario de texto me deja la certera sensación de que el poema no ha hecho más que entusiarmarle,maravillarle, y cautivarle, porque la obra se limita sencillamente a expresar sensaciones y sentimientos.
Aunque es lógico y entendible, que se maraville con el poema, si tenemos en cuenta que Vd. se dedica a "escribir" cosas como las que le transcribo a continuación extractada de una de sus obras: "ESCATOLOGIA DEL PEDO", si quiere puedo realizar un comentario de texto de esta y de algunas otras obras suyas con títulos como HOMENAJE AL COÑO (I, II, III,..), etc.
MCH es un portal literario integrado por personas que no son profesionales de la escritura. Los autores únicamente pretenden expresar a través de sus obras aspectos sensoriales y sensitivos, y en ocasiones pueden incurrir en algún error.
A continuación le transcribo un fragmento de su obra "Escatología del Pedo":
"Recuerdo nuestra última noche orgiástica. Días antes puse en el congelador una hoja grande de lechuga, que previamente horadé. Berta tuvo necesidad de ventosear. Javier, me está viniendo. Le hice esperar: Aguanta unos segundos. A los pocos instantes ya tenía penetrada la hoja de lechuga con la lengua, hasta quedar ajustada en mis labios. El contraste entre el ano caliente de mi mujer y el vegetal, congelado, produce sensaciones placenteras indescriptibles. Ella se contorsionaba, gritaba blasfemias, echaba pedo tras pedo, y yo esperaba el momento culminante de la defecación, hasta que un chorro de caca inundó mi boca aviesa".