ArtÃculo publicado por Vicenç Navarro en el diario digital EL PLURAL, 21 de enero de 2013
Este artÃculo cuestiona los mitos que se reproducen en la sabidurÃa convencional económica, mitos que están guiando las polÃticas económicas de gran número de gobiernos de los paÃses de la Eurozona tales como España, incluyendo Cataluña.
Hay pruebas más que suficientes, acumuladas durante estos años de crisis, de que algunos de los supuestos del pensamiento económico dominante son erróneos. Entre estos supuestos destacan los siguientes:
1. Hace falta recortar el gasto público, incluido el gasto público social, para reducir el déficit y asà recuperar la confianza de los mercados. La evidencia muestra que estos recortes (su intensidad y rapidez) han sido contraproducentes, y han contribuido al descenso de la demanda y a la disminución del crecimiento económico. Incluso el FMI lo ha reconocido.
2. Hace falta bajar los salarios para aumentar la competitividad, incrementando las exportaciones, cosa que nos ayudará a salir de la crisis. Otra vez, los datos no avalan esta postura. Los salarios han ido bajando, cosa que ha contribuido al descenso de la demanda y a la desaceleración de la economÃa. Es más, el incremento de las exportaciones (que ha ocurrido durante la crisis) no ha causado una reavivación de la economÃa, que continúa estancada, ni tampoco una disminución del paro, que es el problema –no solo social sino también económico- más importante que tiene el paÃs.
3. Las polÃticas de austeridad son necesarias para salvar el euro. En realidad, el euro nunca ha estado en peligro. Su salud es robusta, incluso excesivamente robusta, ya que es más que probable que esté sobrevalorada, cosa que dificulta la recuperación económica de la eurozona. Las constantes alarmas sobre el hecho de que el euro estaba a punto de caer eran argumentos utilizados para presionar a los gobiernos, sobre todo los de los paÃses periféricos de la eurozona, para adoptar polÃticas altamente impopulares. En realidad, el capital financiero europeo, y muy especialmente el alemán (que domina el gobierno del euro), se ha beneficiado enormemente de la existencia del euro.
4. La falta de frugalidad y el excesivo gasto público de los paÃses periféricos de la eurozona son los responsables de la crisis del euro. La evidencia muestra que todos estos paÃses tienen estados pobres, con un gasto público –incluyendo el gasto público social- muy bajo, y que su endeudamiento se deba primordialmente a la escasez de ingresos al Estado, una escasez provocada en parte por la regresividad de sus polÃticas fiscales y el excesivo poder de las fueras conservadoras sobre sus estados. Todos estos estados son poco redistributivos. La prueba de esto es robusta y contundente.
5. Las polÃticas de austeridad implementadas por los estados son las únicas posibles. Es fácilmente demostrable que esta aseveración no tiene credibilidad. Hay miles de ejemplos de alternativas. El estado español (tanto central como autonómico), en lugar de recortar 6.000 millones de euros en sanidad, podrÃa haber anulado la bajada de impuestos a las grandes empresas financieras, industriales y de servicios, incluyendo también las que ingresan más de 120 millones de euros al año (que representan solo el 0,12% de las empresas en España), y hubiera conseguido una cantidad equivalente; o en vez de recortar 600 millones en los servicios domiciliarios para las personas con dependencia, podrÃa haber recortado las subvenciones a la Iglesia católica por impartir docencia de religión en las escuelas públicas. La evidencia cientÃfica muestra que por cada recorte habÃa una alternativa. El hecho de que los recortes se focalizaran en algunos sectores a costa de otros se debe al diferente grado de influencia que tienen los diferentes sectores sociales sobre el estado.
6. La elevada deuda pública de los estados y sus dificultades para vender sus bonos públicos se deben al excesivo gasto de estos estados. Los datos no muestran una relación entre el gasto público, por un lado, y los intereses de la deuda pública, por el otro, o entre el tamaño de la deuda pública y el nivel de los intereses de la deuda pública. La evidencia cientÃfica muestra que la causa principal del llamado problema de la deuda pública de estos estados se debe primordialmente a la falta de un banco central que, comprando su deuda pública, los proteja ante la especulación de los mercados financieros. Y esta vulnerabilidad fue impuesta a los estados cuando se estableció un Banco Central Europeo que no es un banco central sino un grupo de presión al servicio de la banca, y muy especialmente de la banca alemana. Esta normativa fue diseñada para debilitar a los estados, y es el resultado del dominio del pensamiento liberal en la construcción de las instituciones que gobiernan el euro.
7. Los problemas de la Eurozona se deben a la falta de liderazgo polÃtico. Esta aseveración también tiene poca credibilidad. Hoy el gobierno alemán está alemanizando a la Eurozona, imponiendo a los paÃses de la zona monetaria (con la complicidad de las élites gobernantes) unas polÃticas de austeridad encaminadas a hacer que estos estados paguen la deuda pública que está en manos de los bancos alemanes, entre otros. Como reconoció Peter Bofinger -economista asesor del gobierno Merkel- en sus comentarios al Parlamento alemán, la ayuda financiera a España era en realidad una ayuda a los bancos alemanes. Hoy el gobierno alemán lidera la Eurozona imponiendo unas polÃticas que afectan negativamente al bienestar de las clases populares de aquellos paÃses.
8. Las polÃticas actuales, de rebajas de salarios, recortes de gasto público y debilitamiento de la protección social, nos sacarán de la crisis. Tales polÃticas, sin embargo, han sido impuestas (ninguna de ellas habÃa constado en los programas electorales de los partidos gobernantes que las llevan a cabo) en todos los paÃses PIIGS y han contribuido más y más a la recesión, pues acentúan la escasez de la demanda, sin cuya reavivación no habrá crecimiento económico y salida de la crisis. Estas polÃticas han estado siendo aplicadas durante ya más de cuatro años en cada uno de estos paÃses, sin que hayan tenido ningún impacto positivo en la recuperación económica. La evidencia de esto es robusta.
9. La mejor manera de reavivar el crédito es ayudando a la banca. Tal postura ignora que el BCE ha prestado a unos intereses bajÃsimos (menos del 1%) medio billón de euros (sÃ, medio billón de euros) a la banca española e italiana desde diciembre del 2011, sin que esto haya tenido ningún impacto (repito, ningún impacto) en la disponibilidad de crédito. La banca ha utilizado este dinero, entre otras cosas, para comprar deuda pública de los paÃses de la Eurozona, y muy en especial de los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España), que han generado unos intereses altÃsimos del 6%, 7%, 8% e incluso 12%. No hay, sin embargo, ninguna intervención pública para forzar que la banca de crédito.
(La versión original de este artÃculo ha sido publicada, en catalán, en el diario ARA)