Llaman a la puerta, abro y lo primero que veo son unas hermosas rosas descansando en las manos de Atala, quien ha tenido la gentileza de traérselas a Roxana, mi esposa. A lo largo de la entrevista, nos damos cuenta de lo importante que son las flores y su aroma en la vida y en la poesÃa de esta sensible mujer.
-¿Cómo se hace un poema, Atala?
-Para que broten las "estaciones" -asà llamo a los poemas-, primero necesito estar en soledad. Amo la soledad para escribir. Una vez aislada de lo rutinario, dejo correr mis pensamientos y emprendo una búsqueda espiritual que me alimenta de tonalidades y me cubre de vibraciones. Ahà empieza todo.
-¿Qué sigue después?
-Se me vienen las metáforas, que luego recorto o extiendo, y no sé muy bien cómo hago para engarzar un verso con otro. Sencillamente sucede. Y si, por casualidad, sonara el teléfono en esos momentos, el sonido me devolverÃa al mundo sobresaltada. Cuando escribo, entro como en trance.
-¿Cómo eliges el tema?
-Eso depende del estado anÃmico. Me impulsan a escribir la naturaleza, el reciente fallecimiento de mi esposo, los momentos más hermosos vividos con él; también la rebeldÃa.
Amor perfume que llegas a lo más hondo / Sin profanar los minutos / Llenando las hendiduras / Enraizándote / e irradiando tu luz.
Lo escribà para él.
-Hay quienes sostienen que todo poema es de libre interpretación, independientemente de la intención del poeta. Por el contrario, otros piensan que el verdadero arte de leer poesÃa consiste en buscar el significado que el autor intentó darle a su poema. Quisiera tener el atrevimiento de pedirte que nos reinterpretes el siguiente poema tuyo (Salmos de tierra):
Hundo mi raÃz / en la mitad del camino / para desatar mi parte oculta / Y me doy a pedazos / ebria de PoesÃa / sostenida por mil falanges / abierta / hasta exprimirse hondo / corriendo dentro / Hasta fluir desde mi secreta vendimia.
-Entierro mis sentimientos terrenales y, al enterrarlos, los siento palpitar con más fuerza; el destino (el camino) es inexorable. Entonces, fragmento esos sentimientos, me fragmento yo toda, y los recreo con gran intensidad al volcarlos en poesÃa. Cada pedazo mÃo toma el nombre de poesÃa.
-¿Qué representan las falanges?
-La Madre Tierra, con quien me identifico totalmente. Me sostiene en sus manos.
-¿Y el fluir de la secreta vendimia?
-Es darle rienda suelta a los sentimientos terrenales.
Y se hace la luz / artesana voz / Y de los salmos de la tierra / brota la palabra hecha / PoesÃa que me incubas / me cobijas / y me quemas / Hasta encajarme viva en tu retina. Del contacto con la tierra brota la inspiración y se hace el milagro de la poesÃa. Hacer poesÃa es ponerse al descubierto y, a la vez, hallar un refugio.
-¿Cómo asà encajas viva en la retina de la poesÃa?
-Sólo soy digna de la mirada de la poesÃa, una vez que ella misma me ha moldeado.
-¿Cuándo descubriste que eras poeta?
-Soy hija única y de niña permanecÃa sola mucho tiempo. Aprendà a encontrar amigos en la soledad. En el jardÃn de mi casa, mis amigos eran el viento, la luna y todas las flores. A ellos les hacÃa poemas.
-¿Qué decÃan tus padres al respecto?
-No lo sabÃan. Te cuento que cierta vez viajé a la Argentina y en mi ausencia, por accidente, mi mamá botó todos mis poemas.
-¿Qué sentiste en ese momento? Un enorme vacÃo. Nunca pude reconstruirlos.
-¿Cuál es tu flor preferida? El jazmÃn, por su aroma. Además, me recuerda mi infancia.
Poema es rescatar de un jardÃn la orquÃdea dormida / hilvanar gotas de agua / sembrar en un desierto / luz cubierta de luz / Invernar / saltar a la nada / florecer... (Del poemario Pasos y Nostalgia)
-¿Te hubiese gustado tener hermanos?
-SÃ, para compartir. Pero tengo a Ketty, una entrañable amiga que me ha acompañado toda la vida, desde que estábamos en el colegio.
-Vamos a jugar con las palabras: te digo una y me respondes con otra que asocies. ¿Te parece?
-¡Claro! Me gusta jugar.
-Hermanos
-Estrella
-Sol
-Vida
-Vida
-PoesÃa
-PoesÃa
-Entrega
-Entrega
-Alma y espÃritu
-Alma y espÃritu
-Dios
-Dios
-Eternidad
-Eternidad
-PoesÃa
-¿Eternidad es poesÃa?
-SÃ, porque los poetas morimos, como es el destino de todos los seres humanos, pero nuestra poesÃa perdura.
-¿Cómo te animaste a publicar?
-Conocà a Catita Recavarren en INSULA. Temerosa le enseñé uno de mis poemas y a ella le gustó, tanto asà que lo incluyó en una antologÃa (1985). Ése fue el comienzo. Luego, en una publicación de Elvira de Gálvez hallé la dirección de Juan Luis Pla Benito, en Barcelona, le envié unos poemas y fueron publicados en Pliego de Murmurios (1984).
-Luis Alberto Sánchez prologó tu poemario Vertiente y vibraciones. ¿Cómo llegaste a él?
-Busqué su dirección en la guÃa telefónica y lo llamé. Su secretaria me indicó que le enviara el material, pero como era invidente, no se lo mandé impreso sino le grabé un cassette y eso le gustó. Después de escucharlo, me citó y me recibió muy amablemente para darme la noticia de que aceptaba prologar mi libro.
-¿Por qué pensaste en Luis Alberto Sánchez?
-No lo sé. Son impulsos de poeta.
-¿Has tenido alguna experiencia metafÃsica o sobrenatural?
-Varias: he visto a Jesús, un platillo volador, he tenido premoniciones de accidentes, etc.
-¿Has visto a Jesús?
-SÃ, estaba escribiendo uno de los poemas de Agua Vida y, de pronto, se me apareció, emergiendo desde una luz, con túnica y todo.
-¿Te dijo algo?
-No le di oportunidad de hacerlo, porque me asusté y salà de la habitación. Obviamente, luego me arrepentÃ.
-¿Oras diariamente?
-Alrededor de 20 minutos cada dÃa. Y lo hago por la paz mundial, por los niños, por la salud, por los grandes problemas de la humanidad.
-¿En qué circunstancias viste el platillo volador?
-Hace unos años, el dÃa de mi cumpleaños (22 de noviembre), caminaba con mi hija Violeta cerca de mi casa cuando, de pronto, lo vimos y a los pocos segundos desapareció. Lo curioso es que se trataba del mismo artefacto con el que habÃa soñado la noche anterior.
-¿Salió la noticia en los periódicos?
-No. Pero no fuimos las únicas que vimos la nave espacial. Una vecina también fue testigo.
-¿Y los accidentes que has "premonizado"?
-Por ejemplo, cierta vez que regresábamos a la hacienda Limoncarro, camino a Cajamarca, una voz me dijo que cerrara los ojos, luego se cruzó una camioneta y chocamos. En otra ocasión, la voz me dijo "Te van a picar" y, a los pocos dÃas, me picó una araña.
-¿Qué es lo que más valoras en una persona?
-Que sea auténtica y sincera. Por lo mismo, lo que más deploro es la hipocresÃa y la traición.
-¿Has sido traicionada alguna vez?
-SÃ, algunas veces.
-¿Cómo reaccionaste?
-Sencillamente, me he separado de esas personas y he cancelado su amistad para siempre.
-¿Por qué escribes?
-Trato de entregar una parte de mà con la esperanza de ser escuchada y entendida. Y también con la ilusión de que, algún dÃa, uno de mis nietos o bisnietos abra un libro y capte mi mensaje.
-¿Cuál es tu mensaje?
-El amor y la comunicación que siempre debe existir entre todos los seres.
-¿Alguno de tus hijos o nietos ha heredado tu vena poética?
-Quizás mi nieta Sarah, quien ahora tiene 16 años.
-¿Cuáles son tus poetas peruanos preferidos?
-Elvira Ordóñez. Porque su poesÃa es completa y auténtica. Ella es una maestra de la poesÃa. También me gusta Marita Troiano, porque su poesÃa es actual, contemporánea, asà como la de Doris Moromisato. Y de los ya clásicos, Javier Sologuren, Emilio Adolfo Westphalen y, por supuesto, Catalina Recavarren.
-¿Quién es el poeta extranjero que más te ha impresionado?
-El español Vicente Aleixandre.
-¿Por qué?
-Por sus increÃbles metáforas.
-Tu madre es chilena
-¡Ah! Si lo dices por Neruda, ¡claro que lo admiro! Eso está más que sobreentendido.
Surco, 21 de marzo de 2005.
http://www.geocities.com/foterografia/atalamatellinientrevista.html