Miró hacia atrás, hacia ese pasado que habÃa modelado este presente y vio un futuro que ya no tenÃa fuerzas para soportar
No podÃa aguantar esos silencios, la indiferencia que la rodeaba desde hacÃa tantos años... HabÃa perdido su alegrÃa, la ilusión de verse protegida, rodeada por el hombre a quien amó y no supo verla, no supo que ella lo esperaba todo de él. Ella creyó que bastarÃa con estar siempre juntos, en el amor, en la lucha diaria, en los problemas, en las alegrÃas.
Pero nunca fue asÃ. Ella habÃa sido un añadido, un objeto que esperaba que ocurriese algo, que esperaba que la situación cambiase, un objeto que se iba haciendo añicos. HabÃa aceptado el abandono porque se sentÃa como una intrusa en un mundo que no le pertenecÃa. HabÃa aceptado el abandono pero su corazón se negaba a ello.
No tenÃa ningún refugio, ningún consuelo. Le pidió que recordara los años en los que ella aún no se morÃa de desesperación, cuando él aún no habÃa perdido la memoria, la dulzura, el cariño... Le pidió que hiciera un esfuerzo, que recuperase su sonrisa, que no se dejara invadir por lo superficial, por lo ajeno, que la salvara del pozo en que se hundÃa y se pudrÃa. Él siguió sin oÃrla.
Un dÃa, él despertó, no entendió por qué la cama estaba vacÃa y frÃa.
Harmonie Botella