Para la Princesa...cuyos ojos jamás he de ovidar..
Cuando dejes de importarme, recuperaré los mediodÃas que abortan, desde ahora, media luz, media tormenta...
Consumiré cada mañana en la entrada biencurada - maldecida...
Y será posible, sólo entonces, hablar de olvido, respirar decencia y genitar tristezas...Volveré a ser yo sin objeciones, sin alas rotas, ni mediopelos , ni tus melindres, mi amor, sin vuestros melindres...
Y de seguro serás feliz siempre contigo y nunca conmigo...
Mortal y mortable en la condena ciega
El labio lúdico-técnico de la plenitud...
Cuando dejes de importarme sin guadaña que fecunde, sin estrella enrojecida, regresaré a tu penumbra a inclinarme...toda ventura, toda luz, toda condena...
Y beberé de tu vientre y respiraré en tu hoguera...
Y será mejor que en aquel tiempo ya no digas nada y que yo sin ti ya no diga nada...
Convencidos, tal vez, que hemos hecho mal al acercarnos tanto...al escrutar el abismo con ojeras, al libar con faunos crueles y con siniestras doncellas...
Al confundir amor con complacencia, sexo con tortura...
Y descubrirás ahora que te hablo sin cabeza ...con el corazón carbonizado...expuesto en mi silencio
Devorado en mi traición...
Y cada verso que escuches de mà ,desde hoy que me alejo, terminará por perdernos, por asesinarnos tanto
Mi luz y mi mentira
Mi bosque de ojos
Mi sólida puerta
Mi duda constante
Y ya no tocaré la flor
Ni devoraré el canto en la mañana
De tu cuerpo
Hundido como estoy, abrazando desesperadamente mi soledad primera...
Y preguntarás si huyo
Si he decidido bien
Y toda pregunta mi mal
Toda pregunta
Ya no significa nada
Para los que hemos extraviado una estrella...