Para simplificar cualquier consulta ampliatoria que se desee realizar sobre el presente documento, sepan los lectores que la información la extraje de Internet.
Si no fuera fidedigna, mucho les agradeceré me lo comuniquen, indicándome también la fuente.
No obstante y más allá de esta circunstancia, que me parece menor, creo que servirá a los fines que me propongo exponer.
De una nota que habrÃa sido publicada en la Revista Orto, Nro.117, de Sep/Oct.2000, extracto lo siguiente:
"... Las oficinas de relaciones públicas como Rudder Finn Global Public Affairs han jugado un importante papel en la desinformación de la guerra en la ex Yugoslavia... Cabe mencionar la antológica declaración de principios efectuada por el director de esta empresa especializada en asesorar a Estados de todo el mundo y a idear proclamas mediáticas: "Nuestro oficio consiste en diseminar la información, hacerla circular lo más rápido posible para que las tesis favorables a nuestras causas sean las primeras en ser expresadas. Desde el momento en que una información es buena para nosotros nos esforzamos por anclarla enseguida en la opinión pública. La primera información es la que cuenta; los desmentidos no tienen ninguna eficacia" (ver La estrategia de la manipulación:
La desinformación gubernamental como arma de guerra URL:
)
La posibilidad de que una empresa como la mencionada tenga existencia real, resulta alarmante. Digo esto porque sospecho entonces que cabe imaginar que nuestra vida pueda ser manipulada por algunos individuos que sirven a los intereses de otros.
Este tipo de organizaciones actuarÃan como "herramientas de desarrollo de conductas"; como un engranaje administrativo que se aboca a implantar, en la sociedad designada para ello, la "idea" que debe prevalecer.
Dice: "Nuestro oficio consiste en diseminar la información". Con el término diseminar nos hablan de desparramar, esparcir algo en el camino por el que vamos; sembrar un terreno con una semilla, por ejemplo, donde el terreno somos nosotros y la semilla una noticia. Una noticia que debe crecer, eso es "circular lo más rápido posible" y debe quedar "anclada", enraizada, en nosotros.
También se nos revela una receta con la cual ¡Quién sabe si querrán curarnos o enfermarnos!: "La primera información es la que cuenta".
Algo me lleva a descartar que nuestra buena salud sea motivo de sus afanes.
Uno presagia que el mundo es cruel, pero vive cada dÃa como si hubiera alguna esperanza. Sin embargo, el afán de saber algo más es la mano que desnuda una oculta y refinada crueldad para con nosotros mismos.
En mi caso me empecino por ahondar sobre algunos temas. Por eso, vuelvo a colocar en un buscador, entre comillas: "Rudder Finn Global Public Affairs".
Hay más información en otros idiomas.
En lÃnea, el buscador me traduce un artÃculo publicado en inglés bajo el tÃtulo: "Excerpts from an address given by Marjorie Housepian in Thessaloniki on 1 December 1994" (URL:
).
Se vuelcan allà fragmentos de un supuesto reportaje al Sr. James Harff, quien serÃa el director de Rudder Finn Global Public Affairs.
La nota refiere cierto logro de esa compañÃa alcanzado sobre la opinión pública respecto a la mala imagen de Bosnia.
En un punto se leen las siguientes palabras de James Harff: "nuestro trabajo no es verificar la información; nuestro trabajo es acelerar la circulación de la información favorable a nosotros".
Pregunta el periodista: "¿Es consciente Usted de que esto implica una responsabilidad grave?".
Responde Harff: "Somos profesionales. TenÃamos un trabajo que hacer y lo hicimos. No nos pagan para ser... morales".
He escuchado decir que la conducta de Séneca no se ajustaba a sus consejos. HabrÃa sido un durÃsimo y ambicioso prestamista.
Para el caso del Sr. James Harff no podrá decirse que se trate de una persona con doble discurso.
Tampoco que estemos hablando de alguien inocente que actúa bajo presión.
Es evidente que quien tiene un trabajo para hacer y lo hace... "sin juicios morales", está capacitado para provocar serios dolores de cabeza. Más aún cuando nos dice que sólo estarÃa dispuesto a ser moral a cambio de una paga.
En la historia de la humanidad encontramos dictadores cuya caracterÃstica principal es: Hacer el trabajo que ellos consideran deben hacer, más allá de todo juicio moral.
De ser verÃdicas la existencia del director de Rudder Finn Global Public Affairs y sus declaraciones, también será posible en el futuro que surja un dictador con su nombre.
Como indiqué al principio la veracidad o no de estos hechos es, aunque parezca increÃble, una circunstancia menor.
Lo sustancial, me parece, es lo que se desprende de ellos.
La publicidad de estas entidades que se muestran con una frescura incomprensible, hace temer que verdaderamente existan y tengan ese tipo de directivos a cargo; y lo que es peor, que haya otras con igual ocupación de las que no sabemos nada.
Si estas que, supuestamente, existen hablan de ellas sin avergonzarse, ¿Qué será de aquellas que actúan en el más absoluto de los secretos?.
Entonces, se me ocurre que estarÃamos en condiciones de asegurar que "leer el diario", por ejemplo, serÃa una forma de complicidad con los manipuladores de la opinión pública.
Me quedan dudas sobre si "información" y "verdad" acostumbran ser sinónimos.
¿Cuánto hay de cierto en la crónica nacional de los periódicos?, ¿Cuánto en las notas sobre polÃtica internacional?, ¿Habrá siempre alguien que "disemine información" tomando como premisa que "la primera... es la que cuenta"?.
No puedo volver a enfrentarme a un diario sin tomar conciencia de que estoy obligado a leer entre lÃneas, a comparar, a pensar qué me quieren decir y para qué.
Cuando el pronóstico del tiempo me anuncia: "Probabilidad de lluvias" o "Aumento de la temperatura", ¿Tendré que hacer una segunda lectura?.