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Como catalanoparlante (lengua materna) me siento aludido por un texto más cercano al improperio y la xenofobia que a la libertad de expresión por la que luchamos contra el franquismo. Le recuerdo la prohibición del uso público del catalán en tiempos de la dictadura.
Ésta es mi última colaboración en Mundo Cultural Hispano, mi ética me impide exponer mis textos junto a comentarios de esta Ãndole, más en un foro cultural y solidario. Agradezco a Denis Roland y a César Rubio su confianza, cariño y amistad y el empeño en ofrecer un espacio cultural libre y, repito, solidario.
Ricard Monforte i Vidal
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Ruego me disculpe si he herido su sensibilidad. Creo que Mundo Cultural Hispano no es responsable de las opiniones de sus colaboradores. Uno de los logros de la democracia es la libertad de expresión.
Ramón Fernández Palmeral
Si su texto tiene la posibilidad de "herir sensibilidades", es por el destrozo ortográfico y morfosintáctico perpetrado en él contra la venerable lengua castellana. Venza su enquistamiento y demuestre su amor a ella aplicándose en su conocimiento y uso correcto.
Ricard Monforte i Vidal
Estoy de acuerdo en cuanto al destrozo de lenguaje; a mi también me sobresaltó el "pegagoso" y alguna que otra cosilla mas, pero también hay que valorar la gallardÃa de pedir disculpas a quien se pudiese sentir molesto.
Tampoco hay que ser tan puntilloso, pues faltarÃa mas, con la cantidad de chistes y cosillas graciosas que se han escrito de la gente de Lepe, de los gitanos, de gallegos e incluso de catalanes, sin que necesariamente se tenga el ánimo de ofender a madie.
Este relato pertenece a lo que se podrÃa llamar relato emotivo, que es aquel que trata de irritar al lector por medio de errores garrafales y evidentes alegorÃas un tanto incordiantes. Contiene ciertas particularidades innovadoras y riesgos que, lamentablemente, no han sido valorados o comprendidos por ciertos crÃticos o lingüistas de MCH. Me considero un escritor o artista provocador, y por ello este relato lo es, se escribió adrede para irritar y despertar la conciencia del lector, y ha provocado una avalancha de crÃticas, despropósitos e insultos hacia mi persona, la osadÃa siempre es rechazada. LA MOSCA PARLANTE fue como una trampa, una red tendida a los que se llaman crÃticos y ortodoxos del idioma. Es un relato que tiene faltas de ortografÃa a propósito como ese "pegagoso" del principio y liberado de comillas para no alertar, para enlazar con agosto por su similitud fónica (pegagoso y agosto), por ello escribà pegagoso y no pegajoso.
Una mosca no tiene ocho patas, pero mi mosca sà las tiene porque yo quiero, se parece a un pulpo, es una mosca como el autor quiere que sea, grande y coja, casi salida del bestiario de Julio Cortázar.
Mis manos tienen 17 dedos, porque representa a las 17 AutonomÃas, porque el narrador del relato representa a España, es España y no es Ramón Fernández Palmeral, esto parece que no lo ha visto nadie. Un relato en primera persona no ha de corresponder necesariamente con el autor.
Cuando escribo maqueto por charnego, estoy evocando también al PaÃs Vasco, como otra mosca desagradecida. Matar dos pájaros de un tiro.
Este relato trata de ser un juego de creación literaria, arriesgado y asumo toda la responsabilidad y pido disculpas a quienenes han sido heridos en su sensibilidad. Lo cual egoÃstamente es un favor para mi relato.
Siento que MCH esté más por la pureza del idioma que por la creación libre y artÃstica de las corrientes literarias. Que no vaya bien.
Sigue del comentario anterior:
Que no vaya bien el relato a los gustos predominantes o de algunos auto-proclamados censores es otro asunto distinto al hecho de crear para polemizar, porque el arte es polémica. Picasso tampoco gusta pero poco a poco no los vamos tragando, porque es arte innovador. La Literatura como una de las artes va de la mano de la pintura y de las corrientes estéticas del momento en que vivimos.
HAGOSTO ES PAGAGOSTOSO. ¡Qué bien suena! Lo importante es innovar y renovarse. No anclarse en la asfixiante garra de la vida contidiana tradicional.
Ramón Fernández Palmeral.
Ramón, no voy a entrar más a polemizar ni con este comentario ni con el que acabas de enviar, y que acabo de ver, todavÃa sin validar, aunque tanto en éste como en el otro se alude directamente a mi persona, ya que en éste se habla de los lingüistas (sic) y en el otro se habla de censores aludiendo a que he expresado con honestidad mi parecer sobre la publicación de textos como el que nos ocupa. Si lo que pretendes decir es que no estamos a la altura de comprender la finalidad de tu texto, seguro que tienes razón. Personalmente no se la veo. Por mi profesión de profesora de filologÃa en la universidad desde hace 28 años estoy acostumbrada a leer, desentrañar y buscar literaria y pragmalingüÃsticamente el valor de los textos, tal vez me faltaba leer uno como éste para avanzar en mi trayectoria profesional. En ese caso te lo agradezco. Pero te ruego que no le des más vueltas al tema, ya has dicho seguramente todo lo que tenÃas que decir. Nosotros también. No sigamos por la vÃa del ataque y derribo. Es suficiente para todos. Cada cual ha tenido la posibilidad de expresar su criterio y no harÃamos más que repetirnos. Por mi parte he sido respetuosa contigo, tanto aquà como en los correos que te he escrito. Atentamente,
Diana Gioia
Diana, sin dos puntos que nos separen, no iba a contestar a este mensaje tuyo, de verdad, a estas alturas no lo esperaba, pero como el Benito de MarÃa Eugenia Caseiro, tengo tantos balazos en el cuerpo que el alma se me sale por los agujeros. Si te das por aludida lo comprendo, las palabras parecen las cosas aunque no sean las cosas, pero sinceramente no iba contigo. Sà es verdad que, por un instante inevitable y de la humana condición, pensé en ti, pero no debes incluirte en la semántica de la palabra lingüista, que no lengüista como pensé escribir en alusión a otras personas, pero me retrotraà para no polemizar más. Ramón Fernández Palmeral.
Diana no va a polemizar con Ramón, y hace bien, puesto que una señora de su categorÃa no debe enzarzarse en las discusiones que Palmeral provoca, no sé si por divertirse o por protagonizar con su ego un debate falto de seriedad por su parte. Sin embargo yo, que no tengo ni mucho menos el prestigio literario de Diana, ni su calidad humana ni sus conocimientos, voy a permitirme un comentario al respecto.
A Ramón, por lo que deduzco, lo que le interesa es figurar como sea, y, a falta de rigor, de los mÃnimos conocimientos gramaticales y de un estilo -literario y humano adecuado-, se escuda en el sofisma alegando que su "mosca parlante" tiene ocho patas porque a él le place que asà sea. Pero en su relato no sugiere -ni por asomo- que se trate de un recurso literario. De ese modo, yo también podrÃa meter la gamba y luego, con la desfachatez que a él le caracteriza, justificar con mentiras una actitud impropìa no de un escritor, sino de un mal aprendiz de las Letras.
Asegura Ramón que lo que desea es despertar conciencias, sin percatarse de que la suya está dormida, y no precisamente por sestear. Porque si su sensiblidad fuese solamente la de un cardo borriquero -y que me perdonen los "Onopordum acanthium" por semejante comparación-, habrÃa respetado el esfuerzo de quienes mantienen en MCH una actitud equilibrada. ¿A santo de qué nos viene Palmeral con triquiñuelas, cuando todos sabemos que tiene publicado en este foro un artÃculo sobre "cómo escribir relatos y novelas", con faltas sintácticas, mal puntuado y en algunos casos haciendo initeligible la lectura? ¿Nos toma por imbéciles? Si al menos lo hubiese titulado "Cómo escribo yo una novela".
Para qué seguir. Prefiero concluir en este punto y dejar que Palmeral siga con su discurso.
Augustus.
En (9) nueve meses que llevo en Mundo Cultural Hispano, un gran portal, he escrito y me han publicado (51) cincuenta y un artÃculos de todo tipo y temas en libertad, y, no sé qué ha pasado que, de pronto, desde hace un mes más o menos, soy objeto de atención desmesurada y de todo tipo de crÃtricas satÃricas desde MCH, y que conste que yo no empecé. Esto debe tener una explicación psicológica que no logro entender ni comprender. Y no me gusta ir de vÃctima.
Ramon F.P.
PodrÃamos hacer una cosa, Ramón, se me ocurre que como estamos en invierno las moscas no están en su ambiente, tal vez sea ésa la explicación.
Me gusta pasar página si está ya más que leÃda y sabida y no nos aporta nueva información enriquecedora.
Por una mosca serÃa tonto que te plantaras en el medio centenar de artÃculos, ¿no?
Diana Gioia
Me voy, me voy, me voy, pero me quedo,
pero me voy, desierto y sin arena:
adiós, amor, adiós hasta la muerte.
(2º terceto del soneto 19 de "El rayo que no cesa")
Miguel Hernández.
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