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Comparecencia de FEANSAL ante el Grupo de Trabajo sobre el Instituto Público de Crédito Andaluz

amalia



Señoras y señores diputados:

En primer lugar gracias por la invitación a comparecer en este grupo parlamentario de trabajo, en segundo lugar dejar bien claro que FEANSAL como federación de la economía social  integrada por más de mil de las sociedades anónimas andaluzas , junto al movimiento cooperativo en redes comunes de defensa empresarial y de acción social, es una estructura de empresas pequeñas en su mayor parte, pero que siendo autogestionadas por sus trabajadores,  se encuentran sin embargo muy vinculadas al sector de las pymes y con mucha relación con los empresarios autónomos, incluso a niveles de estructuras organizativas federadas. Esto nos brinda una situación privilegiada a la hora de observar, conocer y detectar cuáles son las necesidades, tanto de las empresas familiares y pymes, como del mundo social y cooperativo desde un punto de vista empresarial, insistimos. Este sector en su conjunto es muy fuerte en nuestra comunidad autónoma, por no decir hegemónico.

En Andalucía existen unas 7.952 empresas de economía social de las que 3.651 son sociedades anónimas laborales, unas 1.500  están afiliadas a FEANSAL. Nosotros defendemos un concepto de empresa en la que el beneficio, no es lo único que prima, sino la búsqueda de economía del bien común, el enraizamiento social y la creación de empleo de calidad y con calidad, sin nuestra guía.

Es sabido por numerosos datos que poseemos y ponemos a disposición de este Grupo de Trabajo,- de ser necesario – que en estos momentos de grave crisis económica y financiera, la situación, se agrava por la ausencia de crédito y ello a pesar de los ingentes fondos que se están destinando a capitalizar los bancos radicados en el territorio español, así como los restos de lo que fueron Cajas de Ahorros.  Estos fondos tal y como numerosos expertos –independientes de los propios bancos- señalan, no están llegando en forma de créditos y préstamos, a las familias, ni a las empresas, fundamentalmente pymes. Desgraciadamente muchas de nuestras sociedades, así como Pymes y autónomos han debido cerrar sus negocios en Andalucía por no disponer de simples créditos de tesorería, para hacer frente,  (lo cual es más sangrante), a provisiones para carga de trabajo.

Esta crisis en el caso de FEANSAL, hemos de dejar muy claro, no está en absoluto vinculada a la del ladrillo, pues la inmensa mayoría de nuestros asociados no pertenecen a este sector. De hecho tan solo el 11% de toda la economía social andaluza es sector construcción. El 20% por ejemplo es sector industrial y el 58% servicios. Lo cual indica que las causas de nuestras dificultades tienen más que ver con los problemas generales de una crisis global, en la que la banca y los esfuerzos a los que se nos obliga a todas y todos por recapitalizarla, tienen mucho que ver.

En Andalucía disponíamos, hasta hace relativamente poco tiempo,  de un eficaz y colaborador sistema de Cajas de Ahorros, en las que la economía social estaba representada, así como otros segmentos sociales. Siendo ciertos los problemas de las Cajas por su implicación en el ladrillo, (no menor por cierto que la de los bancos privados), esto ha sido sin embargo utilizado en su contra al objeto de privatizarlas. La bancarización de las Cajas, ha sido demoledora para la economía andaluza. Su venta y  traspaso a otros territorios e intereses, una de las etapas más tristes y negativas de la historia contemporánea andaluza. De la noche a la mañana, pasamos de la voluntad política de dotarnos de una caja única andaluza a vivir el furor por las fusiones más extrañas y diversas, por las que de forma inexplicable nadie ha exigido responsabilidades.

Todo esto ha hurtado al pueblo andaluz, a sus pymes y economía social, una banca de proximidad  asentada en el territorio, conocedora de sus problemas y necesidades e imbricada con sus anhelos de desarrollo. Ahora, liquidadas y mal vendidas, cuando no regaladas, -nuestras Cajas de Ahorros-, por los mismos gestores que las pusieron en dificultades, se hace imprescindible dotarnos de un sistema financiero público y participado andaluz. Señoras y señores diputados, lo sentimos mucho pero no es un Instituto de Finanzas Andaluz lo que necesitamos, siendo más claros todavía, no es un ICO andaluz, que al final nos acaba abocando a seguir contando con los bancos comerciales privados, al objeto de gestionar los créditos. Lo que necesitamos no es sino un banco público o una Caja pública, participativa y/o cooperativa. Esta es la solución que estas circunstancias exigen.

Pero es que la concentración bancaria y la bancarización de las Cajas, que sufrimos, está produciendo otro efecto negativo cual es la ausencia de competencia favoreciendo el oligopolio bancario y el monopolio de facto. Con el consiguiente encarecimiento del precio del dinero, incrementado este efecto negativo para familias, pymes y economía social, con la ausencia de banca de proximidad y favoreciendo la reaparición de la “exclusión bancaria”. Todo esto mientras el BCE presta al 1% y los bancos hacen negocio a costa de administraciones y administrados.

Resulta cuanto menos curioso que en el Estado Español, se nos hurten las Cajas de Ahorros y mientras tanto en Alemania, estas ni se hayan concentrado, ni eliminado como tales, a pesar de que bastantes de ellas, han necesitado de ayudas públicas. Todas estas razones y las que a continuación brindaremos, aumentan la imperiosa necesidad de disponer un Banco o Caja Pública andaluza, que ejerza como dinamizador económico y nos libre de la concentración y sus negativos efectos.

Las empresas, sobre todo las pymes, la economía social, incluso las familias, -nos atrevemos a decir-, no podemos esperar. Los tiempos políticos y administrativos decimonónicos que seguimos sufriendo, no nos sirven. La urgencia ante los cierres de empresas provocadas por la sequía crediticia, no nos permiten el lujo de esperar, sin una entidad de crédito y ahorro andaluza de proximidad al territorio y al mundo local.

Nosotros señoras y señores, no estamos pidiendo nada gratis, ni beneficencia. La baja morosidad de la economía social andaluza es nuestra garantía. Los esfuerzos máximos que hacen nuestras sociedades autogestionadas por hacer frente a sus obligaciones de crédito y de mantener sus plantillas, incluso incrementarlas cuando es posible, es conocida y reconocida hasta fuera de Andalucía. Esperemos que ustedes y este Parlamento, también sean conscientes de ello. Como anécdota les contaremos que hace poco recabamos información de una entidad de intermediación financiera vasca al objeto de implementar una cooperativa de crédito andaluza y ellos, que venían habían estudiado el “mercado” de la economía social andaluza, nos plantearon que no nos preocupáramos, que ellos ya se encargaban de expandirse y operar en Andalucía ya que había mercado. Parece mentira que los vascos estudien más y mejor nuestras fortalezas que nosotros mismos.

Pero dicho esto –empíricamente demostrable- también deseamos dejar bien claro, que no son fondos reembolsables lo que demandamos. Hay diversas Instituciones que con mayor o menor fortuna y profesionalidad los administran, en ocasiones de forma desigual. Muchos de estos fondos, por falta de información, trabas administrativas o desconocimiento no llegan, incluso a veces son devueltos, por no haberse solicitado. Siendo prácticos señoras y señores, lo que las empresas sociales y pymes necesitamos es banca de proximidad, es el director o la directora amigos, que nos apoyen y aconsejen. Es un lugar público –aunque sea uno, dos o tres por provincia- al que dirigirnos, al objeto de negociar, renegociar, ingresar, lo que haga falta. Que sea accesible y de trato personal y no a través de terceros. Una Banca Pública que nos permita acceder al crédito.

Esta intervención es fruto de la reflexión colectiva de numerosas personas e instituciones y asociaciones que en calidad de presidente de FEANSAL recojo. No es fruto de una disquisición teórica, que también lo podría ser, sino de una necesidad real, tanto de financiación como de construcción de una alternativa económica diferente del modelo fracasado, como es la aplicación de las doctrinas neoliberales al terreno también crediticio, que tanta ruina, paro y quiebras de empresas, (en especial PYMES) está provocando, con el consiguiente incremento del paro y de la pobreza.

Cualquier opción del cambio de paradigma económico de Andalucía, necesita  soporte financiero y en estos momentos los bancos comerciales y lo que fueron las Cajas de Ahorros, están más pendientes de recapitalizarse mediante su rescate que de financiar a nuevos emprendimientos.

Desde FEANSAL, desde otras instancias sociales y agentes sociales y políticos, se contempló con honda preocupación, como el sistema andaluz de Cajas de Ahorros, desaparecía y era privatizado, como a través de las SIP se bancarizaba y pasaba a depender de alianzas financieras ajenas a nuestro territorio de actuación y competencia. No es este el lugar documental donde analizar este hecho y su origen, más o menos necesario. Simplemente constatamos un hecho y tan solo advertimos que las Cajas de Ahorros Andaluzas, han sido injustamente tratadas y juzgadas, tal vez para justificar su desaparición.

El hecho es que en estos momentos solo varias Cajas Rurales y UNICAJA, si bien esta última se encuentra en proceso de fusión y/o bancarización con otras entidades, así como alguna Caja Rural, en las mismas condiciones en búsqueda de fusión, permiten hablar de un sistema financiero enraizado en nuestro territorio autonómico.

Lo fundamental para FEANSAL, es constatar la dificultad creciente de la sin embargo todavía  pujante  economía  social andaluza  para  obtener  financiación,  sobre  todo  de  pequeños créditos que autónomos, cooperativas y empresas laborales, (pero también y no lo olvidemos PYMES),  necesitan  para  competir  o  simplemente  subsistir.  Sin  crédito,  no  hay  actividad económica.

Ante esta situación, entendemos que sería imprescindible dotarnos de un sistema financiero andaluz público. Un Banco Público Andaluz, que cumpliera con el doble objetivo de facilitar crédito a PYMES, economía social, emprendedores y a familias, pero también que sea capaz de captar ahorro andaluz y no desviarlo a otros territorios tal y como hacen todas las entidades financieras ya. Sino que invierta en nuestro territorio. Pensemos en por ejemplo el ahorro granadino derivado a Murcia o Mallorca, el sevillano y gaditano a Barcelona o el cordobés a Euzkadi y el de BANKIA a Valencia o Madrid, donde acaba además la mayor parte del procedente de la banca comercial privada tradicional. Andalucía solo queda con las migajas.

El Banco Público Andaluz, debe ser participado democráticamente, tal y como lo eran las Cajas de Ahorros, pero mediante fórmulas más participativas y por supuesto con un funcionamiento ético.

Debemos advertir no obstante y con lealtad, que otras fórmulas, no solucionaran el problema del crédito, pues la creación de un ICO andaluz, llegaría a ciertas empresas que además deberían recurrir a los bancos comerciales ya establecidos, con los resultados ya conocidos, en este caso los datos estadísticos, nos tememos que fallan estrepitosamente, pues en todas las reuniones y encuentros de economía social, PYMES y autónomos, los afectados solo hablan de experiencias negativas. Los fondos estatales ICO, debieran ser gestionados también por el ente de crédito andaluz en la medida que le corresponda. O bien simplemente pasaríamos a hablar e implementar Sociedades de Garantías Reciprocas, e incluso sociedades de avales, que no cubrirían en ningún caso la demanda familiar. Tampoco las líneas de crédito diversificadas que las empresas utilizan en  muchos  casos, por ejemplo las tarjetas de crédito. Las SGR son muy interesantes y hablaremos de ellas, son incluso necesarias, pero no son la solución final. Alertamos al respecto, pues sabemos que, técnicos de la administración andaluza recomiendan esta salida y anunciamos, esto solo es una solución muy parcial.

Sabemos de las dificultades  exclusivamente políticas, que esta banca pública andaluza puede tener, al impedírsele por parte de la autoridad monetaria la ficha bancaria. No obstante, esto no impide que se solicite y se prepare la formación de esta entidad. Sabemos por otra parte de la existencia de fichas bancarias en propiedad ya, de la Junta de Andalucía o de entidades de crédito andaluzas.

En conclusión, esta Federación y asociaciones de expertos asociadas a ella, también plantea la salida de constituir una Cooperativa de Crédito Andaluza, una Caja Social-Laboral de Andalucía, con base en las empresas y cooperativas de la economía social, pero con la implicación de PYMES, autónomos y autónomas, familias y administraciones públicas locales y de otro tipo.

Hacemos esta reflexión, pues el objetivo de la Cooperativa de Crédito es  operar preferentemente con la economía social y las Pymes, pero no solo, es decir las familias deben ser incluidas en el objetivo de nuestro servicio público y social crediticio y es imprescindible, para su viabilidad, captar negocio y ahorro familiar andaluz al objeto de invertir en el desarrollo de Andalucía.

Estamos pues ante un proyecto de negocio alternativo y en el que el Gobierno de la Junta de Andalucía, acompañaría y apoyaría mediante convenios de colaboración, pero no gestionaría, es decir, sería un modelo público en tanto que social y no al uso de los modos bancarios privados. Es decir, no opaco, participado democráticamente y ético. Al objeto de reinvertir sus beneficios en el desarrollo económico andaluz apoyando a los nuevos emprendimientos, la economía social, las familias,  los ayuntamientos y contribuyendo decisivamente a la diversificación, difusión e internacionalización de la economía andaluza.

Constatamos que en demasiados casos el sector empresarial andaluz tradicional y grande, ha vivido de la subvención y del sector público al que sin embargo critica ferozmente. Es además un sector con gran tradición rentista, muy conservador en todos los sentidos. O bien en realidad se trata de empresas no andaluzas, radicadas única y exclusivamente en Andalucía al calor de los apoyos públicos, las subvenciones y los proyectos europeos, pero sin vocación ni andaluza, ni de permanencia. No hace falta acudir al ejemplo de DELPHI.

La empresa tipo andaluza, es social, familiar o PYME e incluso el conocido como falso autónomo o el autónomo puro y simple. En cualquier caso la necesidad de liquidez y de apoyo de este sector, que es el que  tiene más futuro dada la reordenación económica mundial de la economía es clave, pero necesitan crédito.

La gravedad de la crisis financiera y económica mundial, no hace presagiar una vuelta atrás. El modelo  neoliberal  en  crisis,  solo  puede  ser superado  mediante  nuevas  formas  de  gestión  y desarrollo económico o bien quedar al margen de cualquier posibilidad. No serán las grandes empresas las que ayuden a un desarrollo autonómico equilibrado y sostenible, las que impulsen nada en Andalucía, ubicada en la periferia de la Unión Europea ( que además sufre una crisis galopante), y que para la globalización es un simple centro turístico o asilo centro-europeo y queda muy lejos de ser potencia industrial o centro financiero.

La necesidad que tiene nuestra Región de dotarse de pequeña industria sostenible e innovadora, así como de agricultura ecológica, de primor y agroindustria avanzada, solo será posible mediante recursos endógenos. No es el interés de Alemania, nuestra industrialización, sino colocarnos sus productos industriales. Sin embargo si se pueden establecer otras prioridades estratégicas, nuevos mercados, contactos y el propio mercado en el Reino de España, pero para ello hace falta el impulso financiero.

Todas las zonas industrializadas del Estado Español, han dispuesto de instrumentos financieros propios (caso de Euskadi o Cataluña son paradigmáticos) o del apoyo estatal central con infraestructuras únicas y cuasi-obligación de establecerse, caso de Madrid. En Madrid la época del presidente Aznar, fue paradigmática en este sentido y parece que volvemos a los mismos derroteros.

Andalucía debe jugar a la puesta en valor de sus recursos endógenos, y por población, territorio, diversidad física y posibilidades, puede hacerlo.

FEANSAL ya presentó junto con ATTAC Andalucía un proyecto al objeto de hacer ver nuestras propuestas y un estudio inicial con categoría de anteproyecto, que demuestra que no solo demandamos, sino que hemos estudiado el problema y propuesto soluciones realizables y nada utópicas, sino muy realistas. Este anteproyecto le fue presentado a la presidencia de la Junta de Andalucía a través de su gabinete, al Vice-presidente del Gobierno Andaluz y a la Consejería de Economía a través de la secretaría general de la misma. Es decir FEANSAL no solo exige un sistema financiero andaluz sino que ha trabajado y está trabajando en el mismo o bien en la creación de una Cooperativa de crédito andaluza que ejerza tal función. Terminamos insistiendo, no se trata de que estemos solicitando fondos reembolsables sino de su gestión eficaz y al objeto de logarla nada mejor que la constitución de un ente financiero andaluz, que los agrupe, gestione y otorgue créditos, con criterios profesionales y sociales al mismo tiempo.

Intervención del Presidente de FEANSAL Ramón Moreno junto a Leandro Piedra de la dirección de FEANSAL y socios ambos de ATTAC Andalucía

Ver en línea : http://www.attac.es/2013/04/04/comp...

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