Juan Torres López – Consejo CientÃfico de ATTAC España
Lo imprescindible para salir de la crisis es recobrar la confianza
Los economistas académicos disentimos en muchas cosas pero me atreverÃa a decir que casi todos estarÃamos de acuerdo en algo fundamental: ninguna economÃa funciona si las instituciones no lo hacen bien, cuando son débiles o la gente no confÃa en ellas ni las respeta.
El Premio Nobel Douglas North las definió como “las reglas del juego” que posibilitan “la existencia, la eficiencia y la profundidad de mercados y organizaciones”. Sin ellas, las economÃas no progresan, y eso hace que cada dÃa sea más claro que la profundidad de nuestra crisis ya no la refleja solo la economÃa y ni siquiera hechos tan graves como que en AndalucÃa haya ciudades con casi la mitad de su población activa en paro, o el cierre de miles de empresas que quizá ya no recobren nunca su actividad. Hay algo más.
Como demostró otra gran economista y también Nobel de EconomÃa, Elinor Ostrom, los cambios en el capital fÃsico no conllevan mejoras económicas si no se modifica el capital social, que ella entendÃa como “el conjunto de redes de confianza interpersonal en las sociedades humanas… que hace que los individuos cooperen”.
Y lo que yo creo que nos está sucediendo ahora es que los españoles hemos perdido la confianza en las instituciones porque han dejado de funcionar correctamente, y asà no se pueden generar ni la cooperación ni la empatÃa suficientes para afrontar el presente y construir proyectos de futuro.
¿Cómo confiar en un paÃs cuyo presidente del gobierno no da la cara y habla a los periodistas a través de una pantalla de plasma y sin admitir pregunta alguna? ¿Quién arriesga el dinero y con qué espÃritu se pueden hacer inversiones en una sociedad en donde la profesión peor valorada en las encuestas es la encargada de impartir justicia, en donde hay más de 300 representantes públicos imputados por casos de corrupción y cuyos ciudadanos creen que esta última y el fraude son su principal problema, después del paro? ¿Cómo vamos a fomentar la creación de riqueza en España mientras se necesiten 28 dÃas, según el Banco Mundial, para crear una empresa, más tiempo que en paÃses como Albania (4) o Senegal (5)?¿Cómo se va a crear empleo en AndalucÃa con la incertidumbre diaria de un nuevo sobresalto por los ERE fraudulentos? ¿De dónde van a sacar la fuerza, el ánimo y los valores para crear, para emprender o arriesgar las personas o empresas normales y corrientes cuando hasta el Jefe del Estado y sus familiares directos están enredados en asuntos turbios o en una vida personal nada ejemplar?
Es que no hay ninguna institución limpia y en la que los ciudadanos puedan confiar abiertamente
Fallan las polÃticas económicas que se vienen realizando. Es evidente. Comunidades como la andaluza, y también el conjunto de la economÃa española, no pueden salir de la crisis con las restricciones de gasto que impone Europa o con un sector financiero cada vez más concentrado que no financia a empresas ni consumidores. Pero no es solo eso lo que nos impide salir adelante. Es que no hay ninguna institución limpia y en la que los ciudadanos puedan confiar abiertamente, y asà ni puede funcionar la economÃa ni se sostiene con tranquilidad la sociedad.
Ya hemos pasado el Rubicón. Ahora, lo primero e imprescindible para salir de la crisis económica ya no es la economÃa, sino que los sujetos económicos, la ciudadanÃa, recobre la confianza, la seguridad en sà misma y la ilusión por la sociedad en la que vivimos y que necesita el concurso de todos, y no solo a banqueros y polÃticos, para solucionar sus problemas. Lo que solo se puede producir con una regeneración y un replanteamiento profundo de la democracia, de las instituciones y de los valores que nos mueven.
Ahora, la cuestión es si los partidos todavÃa mayoritarios tienen fuerza, ideas, liderazgo, autoridad polÃtica y moral para sacarnos por sà solos de donde estamos. O si los cambios institucionales que necesitamos son de tal naturaleza que requieren otra nueva y más amplia mayorÃa social y sujetos polÃticos distintos, limpios, democráticos y transparentes en los que la gente confÃe.
Ganas de escribir