El ministro español Miguel Arias Cañete ha dicho que se ducha todos los días con agrua fría para ahorrar la que se desperdicia hasta que se calienta. Ya sabemos que este hombre come chuletones aunque exista el peligro de las vacas locas, se toma los yogures caducados (yo, a veces, también) y se ducha con agua fría. Añadió que era un derrochador de agua hasta que Rajoy le hizo ministro del agua de España. Éste es un ministerio que no existe o no nos hemos enterado los españoles. Cuando nos hagan ministros del agua nos ducharemos con agua fría, porque no apetece ni en verano. Sin embargo, pese a la desagradable sensación del chorro de agua fría sobre nuestros cuerpos, dicen que supone muchos beneficios. Uno de ellos consiste en prevenir la calvicie porque se reactiva la circulación sanguínea. El ministro Cañete llegó tarde a esto. Sólo he conocido a una persona que se duchaba todos los días con agua fría y porque padecía de los nervios. Decía que el agua fría le calmaba. Tengo que comprobar que alguien se ducha con agua fría para creérmelo. Es posible que en los gimnasios, en donde se suda tanto, más de uno se duche con agua fría, pero en cuatro meses que fui a uno de ellos no me dió por averiguarlo. Si el ministro quiere ahorrar en agua, ahorraría más si no se duchara todos los días. Otra de las virtudes del agua fría es que tonifica la mente. A Cañete no le evita decir tonterías, como cuando afirmó que el regadío había que cuidarlo como a una mujer porque podían perderle a uno.
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