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SOBRE EL USO DEL ACENTO DIACRÍTICO

Errores de acentuación

César Rubio Aracil

España



La Ortografía es una de las herramientas que debe usar todo escritor/ra que se precie de serlo, tal como lo hace un buen ebanista con la gubia y el formón.

Pese a que muchos/as escritores/as noveles consideran de escasa importancia la acentuación diacrítica de las palabras, es obvio que los escritos bien redactados -y más cuando se pretende ser escritor/ra de verdad- dignifican toda obra literaria. Escribir con faltas de ortografía desluce la creación y en ocasiones genera dudas interpretativas a quien nos lee. Por tal motivo, diccionario en mano, me impongo la tarea de enumerar algunos de los errores más frecuentes en este sentido. Lo hago por dos razones. En primer lugar, por defender nuestro hermoso idioma en la medida de mis posibilidades. En segundo término, porque me interesa repasar la Ortografía con el fin de evitar malos usos del lenguaje. Por lo tanto, sin más rodeos, en esta ocasión nos referiremos a la acentuación diacrítica o, lo que es lo mismo, colocación de (la) tilde en una letra o en una palabra para distinguir su significado de otra igual.. Por ejemplo, el adverbio “más” lleva acento diacrítico para diferenciarlo de la conjunción “mas”. (La palabra “tilde”, según el DRAE, corresponde al género ambiguo, aunque es raro que se escriba en masculino. Confieso que desconocía este detalle. Gracias al diccionario he aprendido algo nuevo de la Gramática.)

Adónde. Se acentúa cuando adquiere valor de adverbio interrogativo de lugar. “A qué sitio”: “¿Adónde iremos mañana?” Se emplea con verbos de movimiento.

Adonde (sin tilde), cuando se trata de adverbio relativo. Ejemplo: “al sitio que”: “aquella es la casa adonde iremos”. No obstante, si el antecedente está mudo se escribe en dos palabras: “iremos a donde esté María”.

Aún. Se acentúa siempre que pueda sustituirse por “todavía” sin modificar el sentido de la frase: “aún está enamorado”; “Gertrudis no ha llegado aún”.

Aun (sin tilde), con los siguientes significados: “hasta”, “también”, “siquiera”, “inclusive”. Ejemplos: “Le acepto, aun siendo un mentecato”. “Aun los mendigos tienen derecho a vivir bajo techo”. “Aun no teniendo fe en Dios, es persona de mi estima”. “Aun siendo capitán de la Marina Mercante es más tonto que Abilio, que fue a la vendimia y se llevó uva de postre”.

Cómo. Se acentúa con valor de adverbio interrogativo de modo: “¿cómo lo has hecho?; aún ignoro cómo te has valido para lograrlo.

2. Con equivalencia a “por qué”: “¿cómo no fuiste con ella al cine?”

3. Con sentido exclamativo: “’¡cómo está de loco el menda!; cómo has caído de bajo".

4. En situaciones de extrañeza o irritación: “¡como! ¿Es que tienes miedo de enfrentarte a ella?"

5. Cuando se emplea en frases sustantivadas: “el cómo y el porqué de su situación anómala”.

6. En oraciones adverbiales. “Te vienes conmigo a Barcelona?” “¿Cómo no, mi querido amigo?”

Como (sin tilde), en los siguientes casos: Cuando se refiere a un adverbio de modo: “Está como ido; no tiene cura. Un perro le ha mordido en los genitales y ya no puede masturbarse”.

2. Cuando tiene valor prepositivo, queriendo significar “en concepto de” o “alrededor de”: “Lo utiliza como prenda de vestir”.

3. En cualquiera de sus otros valores.

Cuál. Se acentúa cuando se trata de pronombre interrogativo: ¿cuáles son tus preferencias?; “pues no sé cuáles son, aunque no lo creas?

2. Cuando tiene valor de pronombre indefinido: “cuál más, cuál menos, unos y otros tienen la cara más dura que el cemento armado”.

3. En la frase “a cuál más”: “Ambos son tontos del culo, a cuál más lerdo”.

Cual (sin tilde), tratándose de pronombre relativo: “estuve con Andrés, el cual ha ingresado en una clínica a consecuencia de una disputa con su mujer”.

2. En el caso de adverbio relativo de modo, con equivalencia a “como”: “esos avaros, cual pájaros negros., me las pagarán”.

3. En el caso de pronombre relativo empleado con valor de correlativo: “los curas suelen comportarse tal cual son”.

Cuán. Se acentúa en el caso de adverbio exclamativo, apócope de “cuánto”: “¡cuán hermoso está hoy el campo!” (No sería correcto emplearlo antepuesto a mayor, menor, mejor, peor, más, menos.)

Cuan (sin tilde), en el caso de adverbio, apócope de cuanto: “cuan guapa era, así engalanaba su cuerpo”; “trabajaba cuan desenvueltamente podía”. (Como en el párrafo anterior, no sería correcto anteponerlo a mayor, menor, mejor, peor, más, menos.)

Cuándo se acentúa, si nos referimos al adverbio interrogativo de tiempo: “¿cuándo piensas ir a Badajoz?”; “¿cuándo vendrás?”.

2. En el supuesto de conjunción distributiva: “cuándo por esto, cuándo por lo otro, el caso es que aquí no hay paz”.

3. Cuando oficia de sustantivo: “más que el cuándo y el cómo, me interesa conocer el porqué”.

Cuando (sin tilde), en el caso de adverbio relativo de tiempo: “ lloró cuando se murió su perro”.

2. Con equivalencia de “durante”: “cuando el motín aquél... ¿lo recuerdas?, yo estaba en Pamplona”

3. En el caso de conjunción condicional: “cuando ella lo piensa de ese modo, por algo será”.

Cuánto lleva tilde en referencia al pronombre interrogativo o exclamativo de cantidad: “¿cuánto dinero necesitas?”; dime, por favor, cuánto necesitas; ¡cuánto me estás haciendo sufrir!

2. En el supuesto de adverbio interrogativo de cantidad: “¿Cuánto ha despilfarrado en sus juergas nocturnas?” “¡Cuánta miseria, Dios mío!”

Cuanto (sin tilde), en el caso de pronombre relativo: “ Me pidió que le hiciese un traje con cuanto tuviese a mano, trapos incluidos”.

2. En el supuesto de adverbio relativo de cantidad: “ pesco cuanto puedo, incluso sin emplear tanza ni anzuelos”.

3. Cuando es adverbio relativo temporal: “la comunidad durará cuanto dure su armonía”.

Cúyo. Como hoy en día no se usa está palabra (acentuada), prescindiremos de inútiles explicaciones.

Dé, cuando se refiere al verbo dar: “no me dé tanto la lata, amigo”. ¿Que le dé dinero a ese vago? ¡Venga, hombre; que se lo dé su tía!”

De (sin tilde), cuando interviene como preposición: “¿de qué me habla usted?”; "no sé de qué me está hablando”; “sí, el de la derecha”.

Dó (muy poco usado), cuando interviene como apócope del adverbio interrogativo “dónde”: "¿dó vas, caminante, cabizbajo y lloriqueando?"

Do (sin tilde), sólo se utiliza en poesía, como apócope del adverbio adonde (nótese que este adverbio va sin tilde). “Do quiera que vayas, contigo estaré”.

Dónde, en el caso de adverbio interrogativo de lugar: “¿dónde guardas la guita, malandrín?”; “no sé dónde la has guardado”.

Donde (sin tilde), en referencia al adverbio relativo de lugar: “lo puse donde tú sabes; no me preguntes más?; “donde tú quieras, querida, menos en el herbazal, no sea que se te claven púas en el ‘señorescontigo’. ”

Él, si se trata de pronombre personal de tercera persona: “No vayas con él, porque te obligará a llevar cinturón de castidad”. "¿Dices que él te ha dicho que yo he dicho que en el mar, entre las olas, se juega a la petanca?”; “el que quiera saber, a Salamanca. Sí, a Salamanca; me lo dijo él”, Él, como el otro, son unos...”

El (sin tilde, por tratarse de artículo determinado): “el muchacho es noblote”; “El hombre que tú sabes tiene más ‘jayeres’ que un califa”; “el monte me gusta más que la mar”.

Éste, ése, aquél (incluidos sus femeninos y plurales). Convendría consultar las normas de la Academia, publicadas en 1959, que hacen referencia a la acentuación de estos pronombres, ya que, salvo riesgo de anfibología o ambigüedad, tanto la Real Academia en su “Esbozo”, como asimismo algunos autores, prescinden de la acentuación de dichas palabras. Pero, insisto, sólo en el caso de que no se presten a confusión.

Más, cuando se usa como adverbio de cantidad: “cuanto más, mejor”; “acudieron al acto más de cien personas”.

Mas (sin tilde), en el supuesto de conjunción adversativa. “yo la quería, mas ella a mí no”. Suele tener equivalencia a “pero”. “Llevaba encima bastante dinero, mas no lo bastante para comprar un piso”.

Mí, en el caso de pronombre personal: “a mí no me duele que Marta quiera a Tomás, puesto que yo tampoco la quiero a ella”; “ven a mí, amor, que mi corazón te está llamando”; “a mí, ni fu ni fa”.

Mi (sin acentuar), en el caso de ser adjetivo posesivo, como apócope de “mío”, “mía”: “a mi perro le da por cepillarse un cojín creyendo que está montando a una chucha”; “oiga, señor, déme mi paga y déjese de consejas”.

Porqué, en el caso de ser sustantivo con significado de “causa, razón o motivo”, como asimismo “ganancia o sus derivados: “el porqué de su cabreo es cosa de él”; “no busques ningún porque; mejor es no saberlo”.

Porque (sin tilde), si se refiere a conjunción causal: “¿Por qué, dices? Porque me da la gana”.

2. Cuando tiene el valor de “para que”: “porque quiero que prosperes, me callo”.

Por qué, en el caso de que “por” sea preposición y “qué” pronombre indefinido con significado equivalente a “cuál motivo o causa”: “¿por qué estás triste?” “no sé por qué me odias”.

Por que (sin acentuar), si “por”, como a veces sucede, significa “para”, y “que” pronombre relativo con equivalencia a “el cual”, “los cuales”, “la cual”, “las cuales”: esta es la referencia por que me guío”; las causas por que cometió ese robo, las ignoro”.

2. En el supuesto de locución conjuntiva final, con el significado de conjunción final “porque”: “rezo a Dios porque seas feliz”.

Qué, en el caso de pronombre interrogativo: “¿a qué aspiras, niñato?”; “dime, santa mía, qué deseas de este siervo tuyo y te bajaré del cielo un pajarito”

Que (sin tilde), cuando se trata de pronombre relativo: “Mariano, que canta como los ángeles, hizo el ridículo en el escenario”.

2. Cuando se trata de conjunción: “me pidió que fuese a casa de Lucía a pedirle un favor, ¡el muy bruto!”

Quién, si es pronombre interrogativo: “¿quién quiere besarme en la boca? Os advierto que acabo de comer ajos crudos”; “no sé quién de vosotros o de vosotras querrá cantar conmigo un villancico”.

2. En frases como: “quién más, quién menos, todo el mundo entonaba el gorigori”.

Quien (sin acentuar), en caso de pronombre relativo: “quien lo desee, puede ir a casa de Justo a comer pava”; “Francisca, quien estaba en apuros, le contó a Federico sus secretos”.

Sé, cuando es tiempo del verbo saber: “sé que estás encinta; me lo ha dicho la bruja de tu amiga Paqui”; “yo sé lo que sé porque sé lo mismo que tú sabes”.

Se (sin acentuar), cuando se refiere a pronombre: “se ha ido a Venezuela”; “se lo dije mil veces y no me hizo caso”.

Sí, adverbio afirmativo: “bueno, sí, como tú quieras”; “sí, mujer, ya sabes que te adoro.

Si (sin tilde), cuando tiene valor de conjunción condicional: “si él quisiera, tendríamos oportunidad de divertirnos”.

2. Otros casos: “si quieres venir”, “si me quisieras”, etc.

Sólo, solo. Ver normas de la Real Academia, publicadas en 1959.

Té, si se refiere a la infusión “té”: “té con pastas”.

Te (sin acentuar), cuando es pronombre personal: “te diré una cosa, amigo”; ¿ya te vas?

Tú, en el caso de pronombre personal: “tú eres tonto, lo siento”, “tú dirás lo que quieras, pero yo sé lo que sé”.

Tu, adjetivo posesivo (forma apocopada de “tuyo, tuya”): “tu casa es bonita, y tu madre te quiere”.

Excepto en los casos citados, toda palabra monosílaba debe ir sin tilde: san, pan, pon, ven, etc.

En el caso de la “o”, para distinguirla del cero, hoy casi no se acentúa por ser difícil caer en equivocaciones.

Contra mi costumbre de repasar cuanto escribo, hoy no lo he hecho por ser algo tarde. Si alguna persona detecta errores en el texto, por favor, que me lo diga en bien de todos. Gracias.

Y nada más por hoy. Es Carnaval y voy a disfrazarme de sueño.

Augustus.

Este artculo tiene del autor.

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