esos que se dan por aludidos cuando se habla de los autores secretos o negados o oh!! injustamente olvidados (todo olvido es justo…veamos….) esos que nunca estuvieron del todo y ya maduros (o no tanto, no tanto) rezan su prontuario de relaciones, la vez que saludaron a tal, el vino que tomaron con cual y atesoran la fotito, la cartita (los diminutivos digo de la insignificancia vincular)
y cuentan la anécdota, los sobrenombres
la data robada a un distraído de lo cierto
esos que amenazan con los inéditos
con la pobreza, la enfermedad, la familia, el país que no los dejó subir a la montaña de la figuración
mostrar carnet de resabidos
esos que esperan la jubilación y entonces se dedican
ya profesionalmente
a la mistificación de un pasado en el palo
que no importa y que a nadie importa
también
se les ocurren otras artes
acuden al taller de pintura o saxofón digamos para rematar su constante actitud de aficionados
cansan hablando de muertos que no pueden defenderse
de amigos lejanos que tampoco pueden
o de esas cosas que ocurren en la luna ya que estamos
tienen carpeta de recortes
manual
la hora justa de la inspiración manceba
durante un tiempo creí que eran el peaje
jugué al fulvito con esas cabezas de la pedorrería
y después me vine para acá
qué silencio!!
qué viento!!
qué verdad.