ArtÃculo publicado por Vicenç Navarro, 22 de agosto de 2013
Este artÃculo señala los sorprendentes resultados de las encuestas que muestran, además de una gran insatisfacción hacia la situación económica y financiera estadounidense, una búsqueda de alternativas a nivel de las clases populares.
El mundo intelectual, cultural y polÃtico de EEUU es profundamente conservador, y ello como resultado de la enorme influencia de lo que en aquel paÃs se llama la Corporate Class (es decir, la clase compuesta por los propietarios y gestores de las grandes empresas o corporaciones financieras e industriales y de servicios del paÃs) sobre las instituciones generadoras de valores y percepciones que incluyen los medios y los centros educativos –desde la escuela a las universidades. De ahà que la mera utilización de términos como “socialismo” genere inmediatamente un rechazo a esos medios y fórums influenciados por la Corporate Class.
Ello no siempre fue asÃ. En realidad, el socialismo tuvo gran influencia en periodos anteriores. Charles Dana, uno de los consejeros más cercanos al Presidente Lincoln (más tarde, viceministro de Defensa en su administración) habÃa indicado que “ahora todo el mundo, mas o menos, es socialista” (citado en John Nichols, “Is Paul Ryan Making Americans More Favorably Inclined Towards Socialism?”. Political Affairs. 04.12.12). La influencia del socialismo europeo en el propio Lincoln fue considerable (ver “Lo que la pelÃcula Lincoln no dice sobre Lincoln” en www.vnavarro.org 17.01.13).
Ahora bien, la crisis actual está radicalizando a la ciudadanÃa. Y de la misma manera que el discurso, narrativa e intervenciones del establishment madrileño están en Catalunya estimulando el independentismo, el discurso radical reaccionario del Tea Party (que constantemente se refiere al Presidente Obama como socialista) está aumentando las simpatÃas de la población hacia el socialismo. La definición por parte del Tea Party de cualquier garantÃa de derechos laborales y sociales como socialismo está generando un interés, cuando no apoyo, al socialismo. AsÃ, en las encuestas Gallup del 2010, el 53% de los encuestados que se definen como miembros del Partido Demócrata o próximos a tal Partido, indicaron que tenÃan una imagen positiva del socialismo (frente a un 17% de los republicanos). Y estos porcentajes han aumentado, no solo entre los votantes y simpatizantes demócratas, sino también entre toda la población. Tal simpatÃa es mayor entre las bases del Partido Demócrata que entre las cúspides de tal Partido, las cuales están claramente instrumentalizadas por la Corporate Class.
El apoyo al socialismo entre la población en general subió de un 36% en 2010 a un 39% en 2012. Entre los que se definen como progresistas (las otras categorÃas son moderados y conservadores), el apoyo al socialismo subió a un 61%. Incluso entre los conservadores, uno de cada cinco se declaraba positivo hacia el socialismo.
Estos datos no deberÃan interpretarse como los indicios de un cambio en la cultura polÃtica de aquel paÃs. El enorme y asfixiante control de los medios de información por los intereses financieros y económicos que gobiernan las distintas ramas del Estado federal y el escasamente democrático proceso electoral, imposibilitan un cambio profundo en las instituciones polÃticas de EEUU. Habiendo dicho esto, es interesante notar que, junto a la gran alienación de la ciudadanÃa hacia las instituciones representativas en EEUU, hay el germen de un interés para buscar alternativas.
Ver artÃculo en PDF