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¡QUE FACIL ES SER VOLUNTARIO!

Ganador del primer premio del certamen de relatos cortos sobre solidaridad y voluntariado del ayuntamiento de Nerja.

Lucía Muñoz Arrabal

España



       En Nerja hacía una mañana que rayaba los cristales, una de esas mañanas que invitan a subirse a las azoteas, verde la sierra, verde la mar y el sol jugando con la cal y las macetas. Alba era una niña de nueve años, y esa mañana de luz y jazmines ella perseguía a su perro Rombo  en la azotea de la casa, mientras su tita María tendía los pantalones vaqueros, los jerseys rojos y las faldas rayadas. 
 -¡Alba! ¿Podrías ayudarme un poquito, no?- pregunta la tía María, pero Alba, está ensimismada pensando en su propia historia donde ella es la protagonista y su perro una víctima.
 La tita María mientras tiende la falda rayada insiste:
 -Alba, ¿por favor, no me escuchas?
 -¡Tita, que estoy salvando a mi perro Rombo de ser devorado por una manada de leones!
 -Ya. Pues bien podrías salvarme a mí, siendo tú la jefa de un grupo de voluntarios tendedores de ropa.
 -¿Yo, jefa de qué?
 -De un grupo de voluntarios.
 -Pues para que lo sepas tita, yo ya he sido una voluntaria. fue un día que estuvímos en la Casa de la Cultura, un profe muy simpático pidió un voluntario para hacer música con la boca. Entonces yo levanté la mano y el profe me escogió a mí.
 -Eso está muy bien -comenta la tita María a la vez que coge un pantalón vaquero para tenderlo-  pero has de saber que hay muchas más clases de voluntariado.
 -¿Cómo cuáles, tita?
 -A ver como te explico yo esto... -piensa mientras pone las pinzas al pantalón vaquero- ¡Ya está!, lo primero es decirte que un voluntario es también una persona que ayuda a gente necesitada.
 -Y ¿Cómo se puede ser voluntario?
 -Mira Alba, la vocación de voluntario la tenemos todos, lo importante es por ejemplo, apuntarte a una asociación cultural, o  una ONG...
-Y ¿eso que es?
-Pues es una organización de personas que trabajan sin ánimo de lucro por el bien de los demás. ¿Te acuerdas cuando ocurrió el desastre de Galicia, con aquel barco que se hundió lleno de petróleo? fueron grupos de personas pertenecientes a ese tipo de organizaciónes  para limpiar las playas, las rocas... También los hay que se unen  para apagar un incendio...
-¡Eso ya lo se, tita! -salta Alba que coge a su perro Rombo en brazos y añade- el otro día en unos dibujos animados un niño paseaba por una calle y de pronto vio que se estaba quemando la caseta de un jardín,  como los dueños no estaban en la casa,  el niño
empezó a llamar a los vecinos, y todos juntos con cubos de agua y una manguera apagaron el fuego sin que tuvieran que llamar a los bomberos.
-¡Mira Alba!, eso me recuerda una  vez que  en Nerja llovió tanto que se rompió el puente viejo y algunos coches para llegar al pueblo quisieron atravesar el Río Chillar, pero como llevaba mucha agua los coches se quedaron atrapados y entonces, tuvieron que venir vecinos del pueblo para rescatar a las personas atrapadas en los coches  y así  evitar que los arrastrara el río  hasta la playa.
-¿Qué otras cosas hacen los voluntarios, tita?
-Pues... Espera que yo me acuerde... -piensa- ¡Claro!, los médicos sin fronteras, como Antonio y Patricia, los padres de la prima Alicia, que en verano en vez de irse de vacaciones, se van a Africa  y allí curan  a muchos enfermos.
 -¿Y a los niños, también?
 -¡Por su puesto que sí!
 -¡Tita, yo de mayor quiero ser voluntaria!
-Para que lo sepas, un voluntario es una persona muy bondadosa, que ofrece su tiempo a los otros, y además, para ser voluntario se necesita mirar más a nuestro alrededor, comprender a los demás y sobre todo hay que tener un corazón solidario y grande como una catedral.
-Tita, eso de ser solidario la seño del cole me lo dijo el otro día. Es cuando llega un niño nuevo a la clase, como no conoce a nadie y se siente solo y triste, pues lo que tenemos que hacer es sentarnos a su lado, hacernos amigo suyo, y si vemos que en el recreo alguien le dice cosas ofensivas o le hace daño, pues nosotros tenemos que defenderlo y animarlo.
-Eso me parece estupendo -dice la tita María mientras tiende un jersey rojo- pero también has de saber que se puede ser solidario uniéndose a una manifestación, como por ejemplo en protesta por un acto terrorista o contra la violencia, la guerra, o también se puede ser solidario recogiendo firmas para apoyar a alguien que es víctima de una injusticia, o pidiendo dinero para ayudar a personas  que tienen problemas económicos o de salud...
-¡Eso lo he hecho yo! -interrumpe Alba soltando al perro de sus brazos que  al verse libre corre despavorido por la azotea- tita, cuando fue el día del hambre, la seño nos repartió unos sobres para que le pusiéramos dinero y luego los envió todos por correo.
-Mira Alba, te voy a contar algo  que hice hace años, cuando aún tú no habías nacido -dice la tita María mientras pone las pinzas a una falda a rayas- Yo acababa de terminar de estudiar y todavía no tenía trabajo,  entonces  ocurrió que un día oyendo un programa en la radio, decían que necesitaban personas que quisieran ir a los hospitales para dar clases  y animar a los niños enfermos de forma voluntaria. Aquello me gustó y al día siguiente me presenté en el hospital de Vélez-Málaga. Allí me hicieron una entrevista y luego  me presentaron a otros compañeros y nos llevaron a ver a los niños enfermos. Los había de todas las edades y, además se les veía muy necesitados de ánimo y cariño. Eso me convenció aún más. Así que a la semana siguiente me puse a trabajar con ellos. No te imaginas tú, Alba, lo fuerte que sois los niños, aunque estuvieran muy malitos siempre me recibían con una sonrisa, tenían ganas de jugar y de estudiar, ¿tú sabes qué es lo mejor de todo?, ellos no se fijaban tanto en los juguetes y las cosas que les llevábamos, ellos lo que más agradecían era que estuviéramos a su lado, que les hiciéramos compañía y les habláramos.
 -¡Cuéntame más tita!
        -Está bien, pero antes debes ser tú un poco solidaria conmigo y ayúdame a terminar de tender la ropa. Luego te enseñaré un libro de cuentos solidarios que  han editado unos escritores que se han unido para ayudar a los niños Saharauis.
-¡Ah, ya!, ¿Como Mina?
-Sí. Ya sabes que Mina viene todos los veranos a casa y aunque no te lo creas, tú, dándole cariño, apoyándola, jugando con ella y enseñándola a hablar español estás siendo voluntaria y solidaria.
-¡Caray! Pues es muy fácil.
-Bueno, lo importante es hacerlo todo con muchas ganas e ilusión. Como por ejemplo pasarme los palillos para que yo termine de una vez de tender la ropa.
-Y ¿qué hago con Rombo?
-¡Ya...!  Sé solidaria con él y déjalo que descanse un ratito.

Este artículo tiene © del autor.

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