TESTIMONIO DEL PADRE
Sólo estoy con mis quimeras.
Las blando hacia lo imposible.
Ahora soy Dios, y es terrible
ser Dios de todas maneras.
Freddy Laffita
A Mayi
Mi hija me inventa Dios
para un salto detenido
y en mis brazos ha caído
como diciéndome adiós.
Mi hija se quiebra en dos
mitades que muerden, fieras.
Me vuelvo a las pendencieras
costumbres de hacer la vida.
Se quiebra, a un Dios me convida.
Sólo estoy con mis quimeras.
Y yo quiero desarmar
esta urdimbre cotidiana
porque mi hija se ufana
en su manera de amar.
Cómo puedo articular
no ser ese Dios creíble.
Cómo puedo ser tangible.
Cómo anuncio mis inviernos.
Tomo mis lanzas de infiernos,
las blando hacia lo imposible.
No quiero ser Dios, no espero
estar ausente del mundo.
De sus pobrezas no fundo
catedrales que no quiero.
Soy un hombre, siempre muero.
Soy el padre, lo posible.
Y en esa ausencia visible
donde me anuncio real
mi hija me ve inmortal:
ahora soy Dios, y es terrible.
Pero no voy a ser Dios
porque tampoco soy niño
-me vuelvo y el haz que ciño
se me rompe entre los dos -.
Pero no voy a ser voz
de tristísimas quimeras
porque no creo en postreras
salutaciones vencidas
aunque, inocente, me pidas
ser Dios de todas maneras.
PARÁBOLA DE LA LLUVIA
Y voy directo a la ruina
que hay entre el ser y el pensar.
Cada vez que voy al mar
viene el mar y me asesina.
Freddy Laffita
Para Martha
Todos tienen su lugar
en las nubes, son las nubes.
Párate al sol, y ya subes
para luego ser el mar.
Yo lo sé, profetizar
siempre en insomnios termina.
Me doy al agua. Camina
sobre mi rostro una ola
cuando el silencio me inmola
y voy directo a la ruina.
El agua lleva dobleces
que suben como ángel bueno.
Toda la nube un ajeno
portador, y tantas veces.
Abajo saben los peces
el suicidio a renunciar.
Arriba aplauden pactar
el júbilo o la inocencia
donde compran la carencia
que hay entre el ser y el pensar.
Pero insisto en el violento
ademán de no ser Dios
y me disfraza la voz
oculta de algún lamento.
Nadie diga nunca miento
el grito a testificar.
Nadie me quiera salvar
de alguna ilusión oculta,
cuando siempre el sol insulta
cada vez que voy al mar.
Insulto del sol, arena,
viejo oficio de las redes
donde casi nunca puedes
salvar la humilde faena.
Toda el agua sube llena
del mar que la determina.
Pacto de huesos, rutina,
sombra azul de un caracol.
Cada vez que insulta el sol
viene el mar y me asesina.