Portada del sitio > LITERATURA > Poesía > TESTIMONIO DEL PADRE y PARÁBOLA DE LA LLUVIA
{id_article} Imprimir este artculo Enviar este artculo a un amigo

TESTIMONIO DEL PADRE y PARÁBOLA DE LA LLUVIA

Carlos Téllez Espino

Cuba



TESTIMONIO DEL PADRE

Sólo estoy con mis quimeras.
Las blando hacia lo imposible.
Ahora soy Dios, y es terrible
ser Dios de todas maneras.

Freddy Laffita

 

       A Mayi

 

Mi hija me inventa Dios

para un salto detenido

y en mis brazos ha caído

como diciéndome adiós.

Mi hija se quiebra en dos

mitades que muerden, fieras.

Me vuelvo a las pendencieras

costumbres de hacer la vida.

Se quiebra, a un Dios me convida.

Sólo estoy con mis quimeras.

 

 

Y yo quiero desarmar

esta urdimbre cotidiana

porque mi hija se ufana

en su manera de amar.

Cómo puedo articular

no ser ese Dios creíble.

Cómo puedo ser tangible.

Cómo anuncio mis inviernos.

Tomo mis lanzas de infiernos,

las blando hacia lo imposible.

 

No quiero ser Dios, no espero

estar ausente del mundo.

De sus pobrezas no fundo

catedrales que no quiero.

Soy un hombre, siempre muero.

Soy el padre, lo posible.

Y en esa ausencia visible

donde me anuncio real

mi hija me ve inmortal:

ahora soy Dios, y es terrible.

 

 

Pero no voy a  ser Dios

porque tampoco soy niño

-me vuelvo y el haz que ciño

se me rompe entre los dos -.

Pero no voy a ser voz

de tristísimas quimeras

porque no creo en postreras

salutaciones vencidas

aunque, inocente, me pidas

ser Dios de todas maneras.

 

 

PARÁBOLA DE LA LLUVIA

 

Y voy directo a la ruina
que hay entre el ser y el pensar.
Cada vez que voy al mar
viene el mar y me asesina.

Freddy Laffita

 

Para Martha

 

Todos tienen su lugar

en las nubes, son las nubes.

Párate al sol, y ya subes

para luego ser el mar.

Yo lo sé, profetizar

siempre en insomnios termina.

Me doy al agua. Camina

sobre mi rostro una ola

cuando el silencio me inmola

y voy directo a la ruina.

 

 

 

El agua lleva dobleces

que suben como ángel bueno.

Toda la nube un ajeno

portador, y tantas veces.

Abajo saben los peces

el suicidio a renunciar.

Arriba aplauden pactar

el júbilo o la inocencia

donde compran la carencia

que hay entre el ser y el pensar.

 

Pero insisto en el violento

ademán de no ser Dios

y me disfraza la voz

oculta de algún lamento.

Nadie diga nunca miento

el grito a testificar.

Nadie me quiera salvar

de alguna ilusión oculta,

cuando siempre el sol insulta

cada vez que voy al mar.

 

 

 

Insulto del sol, arena,

viejo oficio de las redes

donde casi nunca puedes

salvar la humilde faena.

Toda el agua sube llena

del mar que la determina.

Pacto de huesos, rutina,

sombra azul de un caracol.

Cada vez que insulta el sol

viene el mar y me asesina.

Este artculo tiene del autor.

700

   © 2003- 2023 Mundo Cultural Hispano

 


Mundo Cultural Hispano es un medio plural, democrtico y abierto. No comparte, forzosamente, las opiniones vertidas en los artculos publicados y/o reproducidos en este portal y no se hace responsable de las mismas ni de sus consecuencias.


SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0