(Tetralogía Fantástica)

“Todas las noches, al acostarse, se preguntaba: ¿Para qué hago lo que hago? ¿Para servir a los demás, o para servirme de los demás? Y un profundo insomnio lo desvelaba y desmayaba sobre el alba de una hoja de papel...”.

Santa Fe (Argentina) - 29 de Julio de 2006. A cuatro fantásticos mosqueteros de la Palabra: José L. Pagés, Eduardo F. Rodríguez, Carlos E. Abraham y Santiago Oviedo. Touché...

ENCRUCIJADA:

Ahora, la muerte juguetea conmigo. Y me asusta.

“La Vida es como un sendero de doble mano: siempre hay alguien que va, y alguien que viene...”; “... en cualquier sitio, en cualquier momento, en cualquier situación”, murmuró la abuela en tres segundos rozando mi hombro, y abrió una encrucijada.

Fue cuando pasó a mi lado, festiva, muy abuela-abuela, con augusta elegancia de dama antigua, recorriendo el bullicio del Paseo del Sol, por el Super Center camino a La Guardia.

No se porqué -aunque pronto lo sabría- sus palabras me abrieron el alma de un suspiro, y un súbito estremecimiento me obligó a voltear la cabeza para volver a verla, muy abuela-abuela y festiva y elegante, como al cuarto de los tres segundos de aquella frase intrigante; entonces fue cuando, sólo yo, puedo jurarlo, la he visto no sola como cuando rozara mi hombro, sino extrañamente acompañada por ella, tan joven y discreta, y vestida de negro-negro, de negro oscuro como... vos sabés.

Y ella sonreía hacia el costado -el mío- donde había murmurado su sentencia abrumadora. Quizá por eso el quinto segundo de aquel instante de la avenida de mi existencia, no fue de estremecimiento sino de frío: no cualquiera atraviesa la sombra de la muerte, y vive para contarlo... en los próximos sexto y séptimo segundos.

¡Aaah!

(Lo de Carlos fue un infarto. Qué vamos a hacer. Pibe bueno, estudioso, algo solitario: fue en el Paseo del Sol, ayer, mientras mataba la melancolía de un domingo por la tarde. ¿Querés café? Está rico, y afuera hace frío, mucho frío...).

Afuera, era cierto, hacía frío, mucho frío, y el lúgubre neón de Sepelios Santa Lucía anunciaba visitas en casa.-

UN PENSAMIENTO SUCEDÁNEO:

1. Muy al sur del país, aquel verano había sido extrañamente tórrido y húmedo al mismo tiempo. Tan extraño que, cuando a mitad de mañana intentó cruzar la polvorienta calle de su pueblo, rumbo al almacén de la esquina, un sol redondo le explotó en la cara -a 45 grados de temperatura y posición celeste-, ahogándolo en una burbuja de sangre y luz...

2. Ahora dedujo entonces que, por enceguecido, no podría distinguir -ni tan siquiera- a su propia sombra. En realidad, sólo sería un pensamiento sucedáneo a los restos de un cuerpo arrollado por la firme estampa de ese camión leñero, que no detuvo su marcha a pesar del homicidio cometido.

JUGO DE ZANAHORIA:

Jugo de zanahorias. Litros de jugo de zanahoria. Como primogénito, desde muy temprano se había dado cuenta. Sabía que todo sería diferente y más difícil para él... El primer rasguño, el primero reto, la primera paliza, la primera clase, el primer aplazo, la primera burla, el primer interrogante exudado en la primera irrupción de semen nocturno, la primera amiga, el primer amigo, la primer novia, el primer enemigo, el primer trabajo, el primer... Todo sería más exigente, para él, que para el resto de sus hermanos por viniendo... Jugo de zanahorias. Litros de jugo de zanahoria.

Entonces exigió, imploró a su enérgica madre, después de interpretar con precoz genialidad, aún imberbe, aquel prospecto de medicina homeopática que aplastara con su primer vehículo tres ruedas... ¡Zanahoria, litros de jugo de zanahoria! Es que debía (debería), tenía (tendría) que ser el más inteligente de todos, el más capaz de los que vinieran (o ya estaban) para encarar los desafíos que sólo el primer hijo puede y debe experimentar durante la gestación de un incipiente núcleo familiar. Pronto descubriría (ya lo había hecho) que no había escuela para jóvenes padres inexpertos...

Así que, durante los primeros doce años, por lo menos, ingirió litros y litros de jugo de zanahoria. Y lo logró. Parcialmente, al menos, o no de la forma en que más bien lo había esperado. Porque, al final, sólo había conseguido ser el más inteligente y vital de los conejillos de Indias que sus progenitores criaran. Por cierto, el más inteligente, famoso y querido conejillo de Indias de la granja experimental que administraban sus padres veterinarios.-

ETERNAMENTE (Un milagro desesperado):

Uno de sus sueños estaba cumplido: mamá y papá tendrían una mansión y coches nuevos. El camino de la riqueza y la fama estaba trazado. Sé íntimamente en lo que él pensaba de todo esto... Podría haber nacido en el norte o en el sur del planeta. Supuso haber nacido en el sur, y la cifra incalculable de su fortuna unida a la imaginación, hizo el resto.

Pero ahora ella se iba. Con la milicia imperial obligatoria, la había conocido en Alemania. Y con un pacto de caballero formalmente asentido, trató de retenerla luego en su pequeña y venosa ciudad entrecruzada por una floresta de ríos, esteros y lagunas, que atravesaban o circundaban su corazón campesino...

Pero no hubo caso. No se puede servir a dos señores... Y ahora ella se iba... Y no había más tiempo para retenerla por métodos convencionales. Ni siquiera la devoción manifestada en aquellos últimos instantes, surtió efecto. Pronto llegaría, desde Paraná a la estación santafesina, el micro que la llevaría a Buenos Aires, para luego, desde Ezeiza, partir con rumbo a Italia. Hasta Salsomaggiore Terme, cercana a Milán, en la Provincia de Parma, aunque con previa escala en la Roma de Benedicto XVI...

Entonces -lo recuerdo-, antes de despedirla con un tierno beso en la mejilla, clamó al Cielo -con la misma fe que los unía desde chicos- la hechura de un milagro desesperado. Susurró algo a su cámara digital 3D-Matrix, y dijo: “Un última fotografía, Priscilla, per favore”. Ella, por su parte, sonrió estremecida ante la jocosa imitación del italiano actuada por mi amigo Elvis...

Y sucedió.

En Roma, Pasquale F., su amable pretendiente venido desde Ziano di Fiemme, en el Trento, en vano seguiría esperándola... Porque sólo los bolsos y un húmedo rocío invernal santafesino recalado en ellos, llegarían aquel día de julio al fogoso aeropuerto de la ciudad de los Césares...

Sí, de alguna forma, en carne y huesos, la humanidad de Priscilla había quedado incorporada tras la radiante imagen fotográfica que le sonreiría, desde ahora y para siempre, en el mágico -neutrónico- autofocus de una exclusiva NIKON D200/6-N.

Entonces -lo recuerdo-, palmeé a Elvis Presley con suavidad, y le dije al oído, descargándolo del extraño peso de su guitarra: “Vamos, viejo. Que ya tienes otro tema para un nuevo rock and roll...”.

Y, a pesar de su nostalgia depresiva, él también sonrió. Eternamente, lo juro.-

Notas al pie:

TODAS LAS NOCHES...: Santa Fe (Argentina), 24-07-2006. Este acápite constituye un microrrelato que integra el libro “Mundos Paralelos y Otros Cuentos Breves (Para un Semáforo). La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2004-2006.-

ENCRUCIJADA: Santa Fe (Argentina), 01-05-2002.
Publicado en la “Gaceta Literaria de Santa Fe”. Año XXI - Nº 115. Año 2002.
Publicado en Revista “Voces” (Santa Fe). Nº 29. Septiembre 2002.
Integra los Libros “Doctor de Mundos II (Visiones Extrañas)”. Inédito. La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2005-2006 y “Desde el Umbral (Terrores cotidianos y de los otros”. La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2004-2006.-

UN PENSAMIENTO SUCEDÁNEO: Santa Fe (Argentina), 14-07-06. Del libro “Mundos Paralelos y Otros Cuentos Breves (Para un Semáforo). La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2004-2006. Integra además el libro “Desde el Umbral (Terrores cotidianos y de los otros”. La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2004-2006.-

JUGO DE ZANAHORIA: Santa Fe (Argentina), 28/29-07-06. Del libro “Mundos Paralelos y Otros Cuentos Breves (Para un Semáforo). La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2004-2006.-

ETERNAMENTE (Un milagro inesperado): Santa Fe (Argentina), 19/21-07-2006. Del libro “Mundos Paralelos y Otros Cuentos Breves (Para un Semáforo). La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2004-2006.-