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Mi madre, la Biblia y yo

Alejandro Schmidt





En nuestra relación con las cosas, tal como la constituye la vía de la visión y la ordena en las figuras de la representación, algo se desliza, pasa, se transmite de peldaño en peldaño, para ser siempre en algún grado eludido –eso se llama la mirada.


Para hacérselos percibir, hay más de un camino. ¿Lo ilustraré, en su extremo, mediante uno de los enigmas que nos presenta la referencia a la naturaleza? Se trata nada menos que del fenómeno llamado mimetismo.


Al respecto se han dicho muchas cosas y sobre todo muchas cosas absurdas – por ejemplo, que los fenómenos de mimetismo se explican por una finalidad de adaptación. No soy de esa opinión. Los remito, entre otras, a una pequeña obra que muchos conocen sin dudas, la de Caillois, titulada Medusa y compañía, donde la referencia adaptativa es criticada de manera particularmente perspicaz. Por una parte para ser eficaz, la mutación que determina el mimetismo en el insecto por ejemplo, sólo puede hacerse de una vez y desde el principio. Por otra, sus pretendidos efectos selectivos quedan anulados cuando se comprueba que en el estómago de los pájaros predadores se encuentran tantos insectos supuestamente protegidos por algún mimetismo como insectos que no lo están.





 Lacan en La esquizia del ojo y de la mirada – Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis-



si pudiera hacerme una casita en la Biblia y tuviera sótano


allí


con el jaguar, la paloma


descansaría




si algo he de pedir


esas paredes


Señor
 esas paredes




bajo mirada de insectos me nació


la piedra de golpear




mamá no cuida sus muertos


los tiene así nomás


en la cartera




cuando es el día del fantasma


a papá


le deja hilos flacos en el plato




por la tardes color limón


regresa a casa con su ojeada encinta


“qué hiciste


has estado con el Libro


cura! cura!”




ordena al perro negro


donde vea humo


ataque Capitán


por quién sufro así


Corintios 6, 9-10




mis plegarias detienen la multiplicación del grillo


esas voces unen huesitos de la lluvia




cuando hablo de mamá la gente enciende suspicacia




ya lo sabía yo!!!




la mayoría de la gente


nace de gente


(yo nací de mi mamá)




porque


de la abundancia del corazón habla la boca


y de la piedra, el viento,


su canción




la Biblia no es mandato ni perdón


sino aquella mariposa de las islas


donde mamá


ya no soy ya no soy yo


un día abrí a mi madre el organismo


salió un sol


chiquito


un centavo


una torpeza


y los comió




así prefiero lo alto


esos montones de sombra




entre mi madre


la Biblia y yo


jardines de tijera y música




lo roto


ya sumó




ah, si pudiera ser hoja de esa Biblia


respirar quieto


levísimo de quién


debiendo cuidarme


me escarbó




entonces


sonreiría contra el paredón


(en el Apocalipsis (cap.12)


dice que el diablo


ya no mentirá acerca de nuestras penas


y el modo en que la mujer


venció al dragón)




en mi vida como hombre dice :


algunos dolores son santos por la sinrazón.


de Una sombra llena de perros





Ver en línea : http://romanticismoyverdad.blogspot...

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