TRILOGIA A LA MUERTE
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CAMPOS DE CRISANTEMOS
En el caer de las tardes doradas,
cientos de inflorescencias naturales
con sus gradaciones tornasoladas
exornan los mudos campos mortales.
Los negruzcos vencejos en bandadas
sobrevuelan las piedras, los pradales,
y las vetustas verjas enrejadas,
que protegen los mármoles nivales.
El tétrico céfiro de la muerte
recorre incansablemente este espacio
produciendo taumatúrgicas voces
Que vivifican este espacio inerte
yerto, exánime, yacente y vacÃo
de vida, de aliento, luces y voces...
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ELEGIA DEL 1 DE NOVIEMBRE
Altos cipreses ensombran
el florido camposanto
mientras un mudo silencio
sobrio, callado, y resignado
envuelve las viejas cruces
tumbas y muros de antaño
Y la paz de los sepulcros
perdurará hasta el ocaso
ascética y vivÃfica
envuelta en un tétrico halo
de misterio y serenidad
tan solo roto y quebrado
por el atrinado canto
sufrido y desconsolado
de un silvestre ruiseñor
que expresa su triste llanto
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DIAS DE VIDA
(Homenaje a Vicente Huidobro)
La vida que nace y fenece
La vida que viene y se va
La vida que entra y sale
La vida que aparece y desaparece
La vida que irrumpe y escapa
La vida que allana y huye
La vida que se desliza y evade
La vida que accede y cede
La vida que invade y retorna
La vida que transita y se detiene.