|
Rosa, en busca de su hija Diana RocÃo RamÃrez Hernández |
El la dejó: no pudo aguantar el dolor y huyó a los Estados Unidos. Ella se quedó en Juárez buscando a su hija desaparecida Diana RocÃo RamÃrez Hernández: 18 años. Más dos años de espera.
Hay dÃas como hoy en los que el que fuera su esposo le llama por teléfono para saber si hay alguna noticia de su hija. Desde hace diez meses, también pregunta por su hijastro Luis Manuel Morales Hernández -al que crió desde que era un niño- y que un 25 de mayo de 2012 "lo sacaron de la casa los policÃas municipales.... Leyzaola (el teniente coronel que actualmente es el secretario de Seguridad Pública de Ciudad Juárez) fue el que entró en la casa con todos encapuchados. A los niños, a todos nos encerraron en el baño. Lo golpearon, lo torturaron con toques, agua, lo axfisiaron con una bolsa y a las tres horas lo presentaron ante los medios junto a dos menores y otros dos chavos que no conocÃa acusándolo que lo detuvieron en un vehÃculo por la colonia Chaveña -cuando fue en la casa y en la colonia Felipe Angeles- y que en la revisión del automóvil encontraron (tres) fusiles de asalto, una granada, cartuchos y (seis) dosis de cocaÃna. Le han sentenciado a 11 años y dos meses. Es inocente".
En dos años, Rosa ha sufrido la desaparición de su consentida Diana RocÃo, la separación del padre de sus dos hijos y que imputaran "injustamente" a su hijo Luis Manuel, un trabajador de la construcción de 26 años y padre de dos niños de 5 y 2.
"Es un dÃa difÃcil, muy pesado, muy tenso, muy agobiante, muy triste... y tuve hasta dos errores en mi trabajo, porque no me podÃa concentrar", dice Rosa, una auxiliar administrativo de 46 años de edad, en el segundo aniversario de la desaparición de su hija.
La última vez que vio a Diana RocÃo RamÃrez Hernández -que estudió un semestre de IngenierÃa en TecnologÃas de la Información y Computación en el Instituto Tecnológico (el Tec de Juárez) y estaba pensando en iniciar la licenciatura en psicologÃa- fue el 1 de abril de 2011. Esta salió al mediodÃa de la casa para encontrarse con una amistad en la zona centro de Juárez. Para las cuatro de la tarde, Diana RocÃo no contestaba sus llamadas, su celular estaba apagado.
Desde aquel instante, Rosa comenzó a averiguar dónde estarÃa su hija, primero entre amistades, la buscó por hospitales hasta la madrugada.
A las ocho de la mañana del dÃa siguiente se dirigió a la FiscalÃa, a Previas para interponer una denuncia por la desaparición de su hija. Pero las autoridades le indicaron que tenÃa que "esperar 72 horas". "En lugar de activar el protocolo Alba (de búsqueda) fue todo lo contrario: 'debe de estar con el novio, al rato aparece... Se metió a bailar' ".
Hace unos dÃas, que a Rosa le asignaron a un nuevo agente ministerio público que llevará el caso de su hija. El cuarto. "Al primero, a los tres meses lo mandaron a un curso por tres meses y me atendÃa quien estaba disponible".
Cuando Rosa llegaba con pistas sobre el paradero de su hija, asegura que la segunda agente investigadora del ministerio público le decÃa: "es que ustedes nos quieren decir cómo hacer nuestro trabajo".
En este tiempo, ha recibido llamadas amenazantes. Incluso, dejó su casa por dos semanas. "Tenemos miedo", afirma. Pero éste lo supera para seguir buscando a su hija y demandando justicia para su hijo encarcelado. Y rogando fuerzas para no derrumbarse. Esta tarde lo hizo con una misa desde la Misión franciscana de Nuestra Señora de Guadalupe, una joya arquitectónica del siglo XVII, situada en la zona centro: donde desaparecen niñas y jovencitas, como su hija.
|
Antes de entrar a la misa, tomé esta foto a algunos familiares de desaparecidas que acompañaron a la mamá de Diana RocÃo. De izda. a dcha. podéis ver a las mamás de Esmeralda Castillo Rincón, Griselda Murúa, Jessica Ivonne Padilla, el papá de Esmeralda y las mamás de Perla Ivonne Aguirre y Janeth Paola Betancourth. Todas invirtieron una media de hora y media para llegar en el casi inexistente y pésimo transporte público. En la foto, faltan las mamás de Mónica Janeth AlanÃs Esparza, Idalà Juache Laguna y Brenda Berenice Castillo GarcÃa, que se incorporaron minutos más tarde. |
|
Eduardo Hayen Cuarón, sacerdote: "Las autoridades no han hecho todavÃa lo que les corresponde (en los casos de desaparición). Es alarmante lo que ha sucedido en Juárez durante los últimos años". El sacerdote, bendiciéndolas. |