Viene ocurriendo, lector
desde tiempo inmemorial
que en la estación otoñal
hay que atrasar el reloj.
y ocurre, lector hermano,
lector de mi humilde verso
que, aunque en un sentido inverso,
lo movemos en verano.
Tales cambios acarrean
trastornos de adaptación
y existe una sensación:
que desde arriba nos mean.
Yo no sé lo que haces tú,
lector, cuando te levantas
pero al apartar las mantas
yo suelo encender la luz.
Y si el sol aún no ha salido
y el día está más oscuro
he de tener, te lo juro,
mucho más tiempo encendido.
Hoy nadie aseguraría
que en su fábrica o taller
hay alguien que pueda ver
sólo con la luz del día.
Dan la vara todo el rato
los que mandan, sin razones.
Dicen que ahorramos millones
pero no aportan ni un dato.
Y al no poder yo palpar
ese ahorro, ni lo veo,
¿sabes, lector, lo que creo?
¡Que son ganas de incordiar!
Perico de los Palotes