Todo el fuego de las arterias,
revoluciones clandestinas,
fÃsica hambre de creaciones,
se estanca en la pupila;
fuego en la mirada,
parturienta de sà misma,
pupila que lo incendia todo,
incluso tu cuerpo,
Aleph de extrañas convergencias.
¿Dónde quedarán los extremos,
horribles ambivalencias de nuestra espesura?
Somos paÃses en guerra,
conflicto de nácar y de sal,
dos balas estranguladas
por la voluptuosidad del silencio.
La soledad es la primera reencarnación de nuestros fetos.
Algunos llaman blasfemia al canto
y canto al crepitar de la carne
estancada en la miseria,
pero la sed es la alteridad de la boca
y mi sed es de fuego,
como la de todo viajero.
Sed de solitario,
de cielo con sus enormes fauces entreabiertas,
abismo de aire,
sed de huesos derrotados
por la nausea del deseo;
en el fuego encuentro mi oración
y en mi oración, tu figura autista
conformada por triángulos ebrios,
por teoremas espontáneos
y por diminutos cadáveres en tus músculos enredados;
incendiarlo todo,
ese es mi enigma,
la salvación, el golpe de espacio;
razón tenÃa ese viejo perro:
"El mundo en llamas,
eso es lo mejor para mÃ";
con una caja de fósforos vacÃa
y con tu cuerpo derramado
en angustias de perseguidor añejo,
me basta para incendiar la ciudad
y tocar los tambores, sonriendo.
El mundo en llamas…
… Ese mundo que reduce mis etéreas visiones,
ese universo ,mental, fetal, equilátero,
mundo a la zurda, mundo necio,
ese infame instante de entrañas convulsionadas,
revolución eterna,
enorme falsedad que con placer contemplo,
ese es TU CUERPO
(rodeado de alma,
de muchos pájaros escrutados),
tus astros genuinos en mis dedos sedientos,
dientes e iras en el mismo heroÃsmo intoxicados,
TU OMBLIGO EN LLAMAS
(Capital de todo)
eso, es lo mejor
para
mÃ.