Eliseo Diego, que es uno de los poetas que mejor pudo dar con este concepto en el siglo XX cubano, afirma algo asà y yo me lo he planteado más bien como un enigma que existe en el poeta. La poesÃa es parte de la comunicación y en este proceso intervienen muchos factores, recuérdese la fórmula de la comunicación: Emisor-mensaje-receptor. Pero me preguntas sobre la poesÃa y no pudiera contestarte esta pregunta, si no recurro a la utilidad de la misma. Eliseo Diego y yo creemos que si la poesÃa le sirve a alguien, y cuando digo alguien me refiero al lector, si le resulta útil para seguir viviendo, entonces no ha sido en vano el esfuerzo por haber logrado un texto, que al final se convierte en una emoción recordada.
Tengo que admitir que mi primer libro: Doy gracias a dios de ser ateo, es eminentemente conversacional, pero tuvo una buena acogida entre los lectores, sólo que fue publicado en 1991. Le sigue Terrenal que es un cuaderno de décima con el que obtuve la primera mención en el concurso Cucalambé 1992, este cuaderno creo que se apoya en la belleza inocente, salvando algunos textos con los que rompo con la décima tradicional y publico una décima bisÃlaba, otra décima arromanzada, en fin que Terrenal rompe con la estructura tradicionalista de la décima, pero no con el lenguaje como tal. Le sigue un cuaderno hermoso, creo, perdona la autosuficiencia, pero Diapositivas es un poemario sustentado en la sÃntesis, emparentado con el epigrama, pero que trabajé durante un buen tiempo, lástima que la impresión fuera horrorosa. Juegos lunares, es un punto de partida en la poesÃa para niños, un pequeño cuaderno que Rayza Castillo, mi ex_ esposa y yo concebimos sobre la base de un código lorquiano: la luna. Pienso que se logró una factura literaria que los niños agradecieron mucho. Juanillo, es un libro de cuentos para niños, que algunos amigos como Alberto Garrido y Guillermo Vidal valoraron como una noveleta breve acuentada. Aún creo que este libro es hermoso, porque trabajé con sinceridad la psicologÃa del personaje común a todos los cuentos y me salgo un poco de los temas triviales que aparecen en muchos libros del género publicados en nuestro paÃs, lástima que la editorial Sanlope no lo tomara en serio y saliera con una impresión infame.
Muchos te conocen como el poeta que eres, sin embargo, también incursionas en la narrativa, sobre todo cuentos... Qué diferencia al poeta del narrador.
Mi narrativa para adultos una vergüenza, no me considero narrador. Cierto que he logrado tres cuentos con los que gané la beca de narrativa Gilberto E RodrÃguez en el 2003, pero la diferencia es grande entre el poeta y la narrativa, mis cuentos o mi libro de cuento está por escribir y mi poesÃa está escrita.
¿HabÃa cosas que contar que la poesÃa no te permitÃa y entonces acudiste al cuento?
Cierto, en estos tres cuentos salvables de los que te hablaba, están algunos temas que no me dejan dormir, la moral, la sociedad y el hombre como tema recurrente y central en mi futura narrativa. Conozco de técnicas narrativas, mi amistad con Guillermo Vidal, con narradores jóvenes cubanos y talleres a los que he asistido durante muchos años me han servido de mucho, sobre todo para escoger lo que leo. Es increÃble, yo leo en la actualidad más narrativa y ensayo que poesÃa. Pero eso no basta, la narrativa me impone un tiempo que no he logrado, no se me ocurre una historia que me mantenga sentado 5 horas frente a la computadora. Cuando me siento ante la página en blanco, lo que me sale es un poema, pero te juro que algún dÃa lograré mi volumen de cuentos.
¿Las historias?
Degusto mucho el diálogo, detesto tener que hacer grandes narraciones del espacio o el fÃsico de los personajes. Creo en la palabra, a través de ella los personajes recrean el espacio y el tiempo en que transcurre la historia, que siempre, te repito, tiene que ver con la conducta del hombre y su relación con el medio. Me interesan los finales sorprendentes, contar algo, no hacer un despilfarro de palabras para demostrar cultura o sapiencia, me interesa impactar, que el lector recuerde y crea al final, la historia que ha leÃdo.
Tu literatura para niños, ¿cómo la defines?
Debo trabajar más en mi literatura infantil, no creo que sea lo que quiero. Cierto que he logrado algunos premios, pero este género necesita de mayor trabajo que los otros géneros que cultivo, porque sin la originalidad adecuada, no puede salir un personaje creÃble, ni un poema renovador o eterno. Las historias y los personajes aparecen del largo mirar a mà alrededor. Pienso que mi literatura nunca estarÃa comprometida con temas alusivos a la flora y la fauna, si no con las actitudes humanas para con los niños, recuerda que soy padre y quisiera que mi hija fuera perfecta o feliz.
DifÃcil de responder con precisión esta pregunta, pero te puedo recordar que la poesÃa a través de la historia ha sido un ejercicio de inteligencia y de utilidad. Si dividiéramos el género en épica y lÃrica, la primera puede ofrecernos conocimiento, sabidurÃa y la segunda nos lleva a la belleza, que tanta falta hace a la realidad que hoy vive el hombre, lástima que la poesÃa no sea consumida y respetada por las grandes instituciones. En la antigüedad un poeta era considerado un sabio y el poder de turno contaba con él. Para resumirte, el sentido que tiene la poesÃa en el mundo es romper fronteras idiomáticas y culturales, como todo el arte en general.
¿Cuál serÃa entonces la misión que toca al poeta?
La misión del poeta es escribir, fundar, como decÃa MartÃ. El poeta que no funda, no alcanza a rebasar su tiempo, se queda a un lado, el compromiso del poeta con la sociedad y con su tiempo es trabajar con sinceridad y superarse espiritual y culturalmente, para ofrecer una obra plena de vigor, porque la poesÃa, como la moral, serán dialécticas, pero no dejara nunca de ser arte y el arte, no sólo es una necesidad del hombre, si no un derecho.