Desventajas de oír y querer
Nepomuk
Anoche me desmayé mientras jugaba al ajedrez con Pedro. Así... directamente. En un instante cogía el alfil, y en el siguiente estaba en el suelo con el tablero de sombrero. No sé qué fue. Bajón de tensión + calor + medicación + vetetúasaber, pero desde luego les dí un buen susto a todos. Especialmente a Pedro, que se quedó ahí sentado retorciéndose el bajo de la camiseta con ojos de lechuza. Esta mañana me ha llamado un total de seis veces al trabajo. Y no deja de ser algo curioso, porque en realidad no dice absolutamente nada. Solo me escucha, suelta dos monosílabos y se queda callado. Algo así como: - Hola - Hola Pedro - Soy Pedro - Ya -... - ¿Pasa algo, Pedro? - ... - ¿Me llamas para saber cómo estoy? - Sí - Pues... estoy bien - ... - ¿Quieres algo más? - No - Vale. Pues... colgamos ¿no? - ... - ¿Pedro? - Sí - Que colgamos ¿no? Luego te veo - ... - Adiós ¿vale? - ... - ¿Pedro? - ... (cuelga)
Multiplica eso por seis y me imagino que tendrás la fórmula del cariño de un niño autista preocupado por ti.
Ver en línea : http://nepomundos.blogspot.com/2014...
Este artculo tiene del autor.
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