Ségolène Royal ha suspendido de sus funciones a su portavoz durante un mes por haber comentado que el único defecto de la candidata socialista es su compañero. En realidad deberÃa sentirse halagada, pues el defecto se lo achaca al otro y a ella la considera perfecta. PodrÃa reprochársele la elección de compañero sentimental, pero sobre gustos no se debe juzgar. La crÃtica tiene además una buena base y es que el compañero de marras dijo que el partido socialista, al que pertenece también, subirÃa los impuestos, lo que es lo mismo que tirar piedras contra su propio tejado, algo torpe aunque sincero. Los partidos, para ganar las elecciones, tienen que prometer bajar los impuestos, no subirlos. Ahora este portavoz se ha quedado sin voz, un contrasentido, como en el colegio cuando te castigan por hablar en clase. El portavoz es persona de la máxima confianza, habla por la otra persona, no por sà misma, mide mucho las palabras y no dice ni una incoherencia. Un trabajo muy delicado. Si te descuidas, de ser portavoz a bocazas va un paso.
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