Desde la pecera.
Diario de los gustos y disgustos de un VOCAL. Vecino de a pie.
Saltar de una junta de distrito a la calle, donde, publico asistentes vocales y algunos Concejales de la oposición y del consistorio participan, supone que esas Juntas esparcidas por la ciudad de las Palmas de Gran Canaria, son un foro de debate y de toma de decisiones públicas que debe de transcender lo local para generar polÃticas municipales en beneficio de todos, y, muy especialmente del Distrito.
Es una tendencia, casi cotidiana, esperada cada dos meses, que los señores del Partido Popular mantenga en la Junta un “tono de voz de ordeno y mando”, que las mociones sean redactadas con un deje despectivo y descalificador, no solo para el contrario polÃtico, sino contra, y sobre todo de la gente. Es hora de dejar de hacer gimnasia solo para el cuerpo y recordarles que el cerebro también es un músculo, y, el único entrenamiento para fortalecerlo es leer muchas cosas, hasta si me apura el manual de la lavadora. Y ver, mirar mucho. Y ustedes, deduzco, que solo leen las directrices de su partido, las estrategias con el rotulo MADE IN PP. Que tiene como único objetivo imponer y no entender.
En los lugares públicos se habla de cualquier cosa, pero en los lugares públicos y polÃticos se habla de polÃtica, del concepto polÃtico de lo que pensamos como filosofÃa de actuar, como polÃticos que generamos un “hacer social”, sin darnos cuenta o con toda la intención. En lo municipal cada decisión tiene rostro, es nuestro vecino. En lo nacional las consecuencias se diluyen en cada habitante del paÃs. Es una tendencia, por parte de los POPULARES, aislar lo nacional de lo municipal, para disminuir, por vÃa del asedio verbal, la no profundización del meollo del asunto, que si bien se mira, también son problemas nacionales, internacionales, municipales y hasta hogareños. Porque la decisión del empleo en precario nos afecta a todos, solo por citar un ejemplo. Esta necesidad de levantar muros de contra información, de guardar el polvo debajo de la cama, intentar engañar y hacer demagogia en primera persona, crear una cortina de humo para esconder la nefasta polÃtica nacional, que repercute de manera directa en la calle. Denominada la Estrategia del avestruz, esconder la cabeza en sus lodos. Ustedes, como militantes del PP son responsables, cómplices de una manera de hacer polÃtica que afecta no solo a los Canarios, sino al conjunto de la sociedad.
Los puntos de encuentro son pocos, ustedes están allá, nosotros acá. Los lugares comunes son muchos, en una ciudad donde es inevitable encontrarse en cualquier esquina, más si frecuentas los lugares que son y están al servicio público. Uno de esos lugares donde no hay encuentro es sobre la participación ciudadana, nosotros creemos en una participación que rescate los derechos fundamentales perdidos, y ustedes con sus polÃticas neoliberales han arrebatado los derechos que nos pertenecen, tanto nacionales, como municipales. La participación no es un instrumento que depende de “nuestros gustos y disgustos” es un bien activo que busca comunicar la demanda de las gentes con sus administradores. Una especie de faro vigilante en contra las decisiones administrativas que afectan al colectivo. Sobre todo es empoderar consciencia de colectividad, de bien común. Aquà es donde, a pesar de coincidir en algunas cosas (hasta en la caca de los perros) las diferencias son notables, la participación no es un arma arrojadiza, no es un concepto del clientelismo como forma. Es sobre todo un movimiento autónomo, con voz y decisiones propias que no dependan del polÃtico de turno para que el ciudadano y ciudadana ejerza sus derechos por el bien de todos. Y no de las apetencias de los que creen que gobernar es ser EL CACIQUE de antes y de ahora. Instrumentalizar la participación por parte del poder polÃtico, es algo que nos diferencia, a Dios gracia, de un tejido social que debemos construir, sin prometer, cumplir las aspiraciones colectivas, con la decisión propias y ajustadas con el qué hacer diario.
Por otra parte creer que por ser reclamaciones de las asociaciones (bien sea de vecinos, empresariales o del ciudadano común) ya tiene la virtud de la verdad, nos lleva a otra diferencia, las decisiones estructurales que se toman en mi calle afectan al conjunto. No vivimos solo en nuestra calle, habitamos un trozo de isla, que afortunadamente tenemos que compartir. La participación es justamente esa, romper los muros invisibles, que con polÃticas del PP basadas en la prepotencia pretenden imponer, asà sea, sentados en el banco de la oposición.
Un objetivo común, ya universal: el cambio climático, hasta hace unos segundos pensábamos que “era una de esas esquinas de encuentro”, pero la realidad es otra, los interés particulares, el mirarse el obligo, el acumular votos para futuras elecciones, el fomentar que mi calle no pertenece a una ciudad, es hacer oportunismo, al apoyar iniciativas individualistas en detrimento de las aspiraciones colectivas, como lo es potenciar el transporte público, socializar la calle.
Por ello, señores del PARTIDO POPULAR, dejen de hacer “populismo” y recuerden que el cerebro es también un músculo que hay que ejercitar.
Carlos Reyes Lima
Vocal por LAS PALMAS PUEDE del distrito cuidad Alta.