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JUDAÍSMO

Camilo Valverde Mudarra

España



El judaísmo se fundamenta en el monoteísmo

El judaísmo es la religión monoteísta más antigua, con más de cuatro mil años, e históricamente, la fuente del cristianismo y del Islam. Es el único pueblo de la antigüedad que creyó en una sola divinidad. El término designa en sí una religión, una cultura y un grupo étnico. Por Judíos, se entienden aquellos que practican la religión judía y forman parte del pueblo judío. Originalmente el nombre "judío" se aplicaba solamente a los súbditos del reino de Judea. Pero, a la vuelta del exilio babilónico, pasó a ser el nombre común de los descendientes de Jacob y de los prosélitos de la religión mosaica.

Su historia comienza, en el año 2140 a.C., en la ciudad de Harán, de donde, procedente de Ur, en el Éufrates, partió Abraham hacia Hebrón, país de Canaán en Palestina. Moisés los liberó de la esclavitud bajo el faraón Ramsés y los condujo al Jordán. La destrucción de Jerusalén por Tito el año 70 d.C. supuso el destierro y la dispersión de los judíos por diversas partes del mundo. España fue el país que los acogió con más benignidad, aunque luego los expulsó, siguiendo la corriente europea de anatema. Estos judíos españoles, llamados sefardíes, han conservado con fervor su cariño a esta tierra y el idioma de la época. La Revolución Francesa les proporcionó tolerancia y la igualdad política. El antisemitismo les manifestó su máxima virulencia en la Alemania nazi. En 1948, concluyó la ocupación británica de Palestina, inmediatamente se proclamó el Estado de Israel, con la oposición de la Liga Árabe, que le declaró la guerra en el mismo instante.

En el aspecto religioso, el judaísmo se fundamenta en el monoteísmo, su fe se concreta en un solo Dios, el Dios de Abraham, padre de los judíos, en la Sagrada Escritura, y la Torah, textos que el cristianismo reconoce y estudia en el conjunto del "Antiguo Testamento" que entraña la esperanza del Mesías. La religión hebrea, establecida y constituida por Moisés, que la recibió directamente de manos de Yahvé, se encuentra contenida y regulada en el Pentateuco; su extraordinario desarrollo lo fueron plasmando los Profetas y las figuras relevantes de su historia.

Culturalmente, los judíos alimentan una extensa variedad de creencias. El judaísmo moderno se adhiere a la Torah y al Talmud, origen y principal recopilación de tradiciones judías. Sus ramas más importantes son los ortodoxos, los mas antiguos y conservadores, se remontan a Palestina y Babilonia; los reformados, denominados también "liberales" y "progresistas", son el punto contrario a los anteriores, datan del siglo XVIII, de Alemania, y forman un núcleo activo propenso a la asimilación cultural; y los conservadores, que representan el pensamiento intermedio entre los dos grupos antedichos.

Su lengua, el hebreo, pertenece a la rama semítica, en estrecha relación con el árabe, el arameo y el babilónico. Se caracteriza por la existencia de dos géneros, lexemas o raíces trilíteras y relativa escasez de adjetivos. El hebreo es el idioma original del A.T.

Jesucristo es judío y como tal vivió; y judíos son su Santísima Madre, San José y los Apóstoles. Precisamente, en el primer Concilio de la Iglesia celebrado en Jerusalén, presidido por San Pedro, fue asunto primordial el dejar asentado que los gentiles también estaban convocados por Dios a formar parte de la Iglesia, súbditos del reino instaurado por el Mesías.

Así pues, al extenderse la predicación evangélica por el imperio, los gentiles constituyeron el gran rebaño de la cristiandad. Se fue soslayando la identidad judía de Jesús y dejando en el olvido las críticas de Jesús y de San Pablo contra los judíos, como cuestiones nimias de la familia judía. Ciertamente, los cristianos, con su errónea interpretación de unos textos concretos, han injuriado a los judíos, injusticia que mantuvo la herida de la aversión y el distanciamiento entre judíos y cristianos. El Concilio Vaticano II rehizo el estado de conciencia y reanudó los vínculos con los hermanos judíos. El Papa Juan Pablo II pidió perdón a causa de las ofensas cometidas por los católicos.

Últimamente, muchos judíos van entendiendo que es posible, sin contradicción alguna, abrazar el catolicismo siendo judío, descubren que la fe católica favorece y satisface la esperanza judía de hallar al Mesías. De ahí que algún judío converso entró, tomó el orden sacerdotal y fundó la organización “Resto de Israel” para evangelizar a los judíos y manifestar los firmes nexos existentes entre el Judaísmo y la Iglesia Católica.

Santa Edith Stein, judía asesinada por los Nazis en Aushwitz y canonizada por Juan Pablo II, en 1998, aportó de modo fehaciente, con su vida, la realización práctica y provechosa de ser judía y católica. Con su filósofa judía, desde que abrazó la fe católica, vivió abiertamente su doble condición religiosa que compagino ejemplarmente. G. Castro, experto sobre la santa, afirma: "Su conversión a la fe católica es también una conversión al judaísmo que había dejado de practicar en su juventud. Sólo después, en el Vaticano II, esta comprensión e integración de la fe del Antiguo y del Nuevo Testamento se ha hecho algo común en la Iglesia Católica. Su testimonio aporta un importante incentivo para mitigar el histórico enfrentamiento de judíos y católicos. La santa rezaba para que "El Señor sea recibido por los suyos, su pueblo.

Del mimo modo, Eugenio Zolli, ex Rabino Principal de la ciudad de Roma, Rosalind Moss, judía católica y Rafael Stern, un judío originario de la Europa Central e instalado en Israel, que, tras sufrir una grave herida en la Guerra de los Seis Días, tuvo una crisis religiosa por medio de la cual Jesús lo llevó al catolicismo, han confesado, cada uno por su parte, que su conversión y entrada en la Iglesia Católica no ha supuesto un alejamiento del judaísmo sino, al contrario, una profundización y acceso a la plenitud del mismo.

La fe cristiana sostiene que el niño que adoramos en el pesebre es verdaderamente el Hijo de David, verdaderamente el Mesías. El ilumina en la comprensión del sentido pleno de las Sagradas Escrituras y en que la salvación nos viene de los judíos a quienes reconocemos como nuestros hermanos. San Pablo afirma: "La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinado de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39). La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al Pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).

El judaísmo no hace una interpretación dogmática de las S. Escrituras sino que permite diversas explicaciones y exégesis. En nuestro tiempo, el célebre escritor judío Sholem Asch, propuso en la década de 1950-60 que el judaísmo auténtico es mesiánico y debe esperar la venida del Mesías, prometido por Dios a Israel. El judaísmo es una religión que se sustenta y basa en esa esperanza. ¿Es Jesucristo tal Mesías? La respuesta a esta pregunta fue crítica e intensamente debatida entre los judíos en el tiempo de Jesús. En la actualidad, una porción significativa de judíos, respondiendo a esa pregunta positivamente, están llegando al sereno descubrimiento de Jesús de Nazaret, el Mensajero del amor, de la misericordia infinita, del perdón sin límites y de la paz.

Camilo Valverde Mudarra

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