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MOROLICA: EL DUENDE DE LA CARRETERA

Alex Espinal

Honduras



Se trata del aparecimiento de un ser extraño, un ser pequeñito que impide la apertura de una carretera a toda costa, todo por evitar que la armonía se termine en esos desolados lugares de Morolica

 
 
Desde hace varios meses se hace mas notoria la presencia de algo o alguien que se manifiesta de diferentes formas a algunos lugareños del sector de Cerro Grande, un caserío muy solitario del municipio de Morolica, ¿lo recuerdan?, muchos aquí le llaman el pueblo perdido porque fue exterminado por el huracán Mitch y la desgracia que sufrieron sus moradores se conoció en todo el planeta gracias a la tecnología de las comunicaciones,,, pues resulta que los habitantes del vecino municipio de Vado Ancho desde hace muchos años sueñan con construir una carretera que les de acceso a la nueva cabecera municipal de Morolica, este anhelo esta por hacérseles realidad porque ya están a pocos kilómetros para concluirla.
Lo que deseo relatarles, como lo mencioné al inicio, aparte del hecho de que la ejecución de la obra avanza, es que los obreros que fueron contratados para cuidar la maquinaria durante la noche han resultado solicitando más compañía, se sienten asediados por los ruidos sofocantes que se escuchan en su alrededor, imagínense un ambiente desolado, donde por las noches lo único que se escucha normalmente es el ruidito persistente que hacen los grillos, el canto que emiten algunos pájaros nocturnos como los murciélagos, las lechuzas y los coyotes. Ese sector donde se encuentran lo cuidantes es muy solo, los oriundos viven lejos, es decir, la presencia de humanos es inexistente a no ser que una que otra persona se dirija de un pueblo al otro.
Lo sospechoso es que la apertura de esta vía resultó toda una odisea, ningún trabajo se volvió jamás tan difícil de concluir como ese; en cierto momento, los trabajadores -que según los estudios topográficos ya tenían definida la trayectoria que llevaría la carretera- se encontraron con enormes rocas que, pese a la cantidad de dinamita que utilizaron, parecían interminables, se gastaron en un pequeño tramo casi todo el presupuesto destinado a la obra, allí se llevaron meses intentando salir a tierra y, al final de tanto sacrificio, lo lograron.
Los trabajadores luego de esta experiencia inesperada se encontraban exhaustos, pero hasta ese momento todo transcurrió como algo normal, nada fuera de lo común y el trabajo siguió su curso. Pero los obstáculos nuevamente se presentaban y comenzaron a escuchar, durante las horas mas altas de la noche, una interminable secuencia de ruidos como cantos, gritos y el avistamiento de seres extraños.
Una de esas noches, el vigilante de turno vivió momentos de terror: luego de oír esos ruidos pudo ver entre las sombras una silueta que mas parecía la de un niño de unos 3 años de edad, sin precisar su color de piel ni de vestimenta; fue tan grande el susto que, de inmediato, le entró un escalofrío, intentó decir algo y le fue imposible, estaba mudo. Así transcurrió aquella noche de espanto y solo esperó que amaneciera para contar a los primeros obreros que llegaron los momentos que tuvo que pasar.
El niño que este hombre logró ver entre la oscuridad según los vecinos de las aldeas cercanas es, ni más ni menos, que el duende que desde hace mucho tiempo habita algún sitio de esas desolaciones, esos abismos. Parece extraña esta versión, pero dicen que el duende sí existe, lo deducen porque a este ser siempre lo han descrito como alguien de muy pequeña estatura y su vestimenta puede ser de varios colores y cada color que usa representa algún significado: para el caso, el duende que usa ropa roja es malvado, si se viste de verde es generoso y así sucesivamente...
El duende que desespera a los trabajadores de la aldea Cerro Grande posiblemente viste de color rojo debido a sus acciones de maldad al interferir con la construcción de la carretera y todo porque sabe que al concluir los trabajos comenzará una era de mucho tráfico vehicular y de personas como nunca antes visto y con ello la paz con la que ha convivido durante toda la historia de estas tierras, donde no había nada ni nadie que lo molestara, terminará.
Cuentan que en este pueblo de Morolica también hay un duende muy enamorado, en el sector de Sabana Larga, muy cerca del nuevo termino municipal. Una mujer, de las que salen de su casa hacia los riachuelos a lavar ropa o maíz, es constantemente perseguida por una de estas enigmáticas criaturas y, cuando se encuentra en su labor de aseo a la orilla del afluente, comienza a escuchar el clup, clup, de algunas piedrecillas que caen al agua y, al levantar su cabeza, se percata que muy cerca esta un hombrecito ofreciéndole muchas riquezas a cambio de convertirse en su mujer.
Estos acontecimientos obviamente son parte de las supersticiones que se viven por acá, pero que no dejan de tener realismo.
Esto que les cuento posiblemente sea uno se los sucesos mas reales que se puedan describir, un evento que puede tener muchas connotaciones y relación con las apariciones que se han registrado en el playón del antiguo pueblo de Morolica. Ya en ocasiones anteriores les relaté sobre la procesión de espíritus en las ruinas del antiguo pueblo, ahora bajo la arena.
 
 
 
HASTA LUEGO...
 

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