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Otros cuentos.

Nilda Edith Hoffmann Aitala de Iriarte

Argentina



 Y… Po qué... po qué?... (2)
 
Relámpago
 
Había una vez, una chispa gigante que se llamaba relámpago.
Era muy juguetona, cuando el cielo se ponía muy gris y las nubes tenían la panza repleta de gotitas y electricidad, Relámpago estaba felicísima.
Saltaba de una nube a otra y volvía a saltar. Así calentaba todo el aire que tenía alrededor…
Más saltaba Relámpago, más se calentaba el aire y se desperezaba por el cielo.
 
Pero, Aire Frío se enojó porque esos eran sus territorios,… entonces lo empujó.
Relámpago seguía saltanto, no le hacía caso.
Aire frío se enojó más, lo chocó y brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
Qué ruido!!!!!!
Qué es eso?...
Es Trueno que viene a avisarnos que debemos prepararnos porque Misia Lluvia está por llegar…
Colorín colorado… lo doy por terminado.
 
 
 
 
(3) Qué es el Amor?
 
Ay, Ay, AY!!!!! Qué pregunta difícil!!!!!
Pero,… hagámosla fácil!!!!
 
Sabes pequeñín:
Muchas veces cuando juegas con tus amiguitos y les prestas tus juguetes aunque tengas ganas de jugar tú con ellos… eso es Amor.
 
 
Cuando llegan las florcitas que tanto nos gustan, porque es primavera y no las cortas,… las dejas para que desplieguen toda su belleza… Eso es Amor.
 
Cuando abrazas a Mamá y a Papá, te sientas en sus regazos calentitos, eso es Amor recíproco.
El Amor que ellos sienten por ti te da seguridad y se lo retribuyes con mimos y cariños.
 
Cuando una Abuelita escribe cuentos para sus nietitos, y ellos los disfrutan y piden : ”Uno más, uno más”
Eso es Amor… Como el que siento yo por ustedes.
 
 
 
(4) Pepitito, Don Felipe y Doña Carmina.
 
En un campo que yo conozco hay muchos animalitos.
Uno de ellos es Pepitito .Un perrito muy rezongón, sucio, travieso y haragán.
No le gusta bañarse, su cucha está sucísima, jamás la arregla
 
 
Duerme sobre una frazada rota y lo peor es que… a él no le importa nada!!!!!
 
Cerca, está el nidito de Don Pato Felipe, doña Pata Carmina y sus patitos.
Todos conforman una familia ejemplar.
Doña Pata Carmina es muy limpia prolija y tiene a sus patitos relucientes, tan relucientes como una constelación de estrellas caminando en caravana a la luz pura y clara de la mañana.
Pepitito se burla de ellos porque se bañan todos los días.
Dice que Carmina es soberbia y orgullosa y que pretende robarle el blanco a las espumas.
 
Un día hubo un conciliábulo familiar.
No podía ser que Pepitito fuera tan travieso, les ensuciara el nido a los patitos y les desparramara las ramas con su hocico.
Tenían que encontrar una estrategia para darle una lección de vida.
 
Así, en la reunión de la nochecita, cuando todos descansaban junto al fuego, Doña Carmina le ofreció a Pepitito un juego de creación.
 
Ella era una apasionada de la decoración, por lo tanto Pepi debería ordenar y decorar el nido de los patitos.
Ellos, por su parte, harían lo mismo con la cucha de él.
Los demás animalitos aplaudieron contentos la moción.
Hasta los cerdos aplaudieron porque Pepitito era más desprolijo que ellos!!!!!
 
Fijaron un día para hacerlo.
 
Pepitito partió al final del gallinero, donde estaba el nido patuno.
No tenía ganas de trabajar, así fue como irguió su cola peluda, dio varias vueltas y rápido barrió.
 
Bueno… barrer es un decir… amontonó algunas hojitas secas un poco más lejos.
 
Mientras tanto Don Felipe y doña Carmina pintaban de blanco la cucha.
Las amapolas y las rosas les prestaron un poquito del color de sus pétalos para pintar el techo.
Las señoras mariposas colaboraron batiendo fuerte sus alitas para quitar el polvo.
La ardilla Margarita, se llevó la frazada al lago y la lavó con la ayuda de las nutrias.
Los teros trajeron en sus piquitos nueces crocantes, porque sabían que eran la golosina preferida de Pepitito.
 
Cuando el sol ya se iba a dormir, la señorita Cotorra anunció a los decoradores que el tiempo de creación terminaba.
 
Todos habían trabajado con dedicación y esmero.
Pepitito se desperezó y caminó tranquilo hasta su residencia.
 
Casi no la conoció!!!!.
 
Estaba hermosa!!!!
Pintada, limpia con perfume de “no me olvides” y malvones.
En un plato de hojas de cala estaban las nueces y en otro agua fresca y pura tan limpia que se veían la luna y una estrella.
Sintió vergüenza, mucha vergüenza!!!!
Don Felipe lo retó y ni que hablar del sermón que le dio Misia Lechuza.
 
Trapito aprendió la lección, pidió perdón, se avergonzó de su holgazanería y se pasó la noche trabajando para que la familia patuna tuviera el mejor nido decorado en cien kilómetros a la redonda.

Este artículo tiene © del autor.

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