A estas horas en las que toman café
los muertos y las niñas salidas
acosan las serias carteras
de los caballeros de puro y chaleco,
yo, el más cuerdo de los locos,
hago barcos de papel
y molinillos de viento.
A estas horas que el delicado satén
resbala por los inmaculados cuerpos
y que la gente de bien
ha rezado sus plegarias,
yo, el más cuerdo de los locos,
con mi uniforme de gala,
o sea, – el pijama -
en esta noche estrellada
cabalgando a lomos de una escoba
rescato a damas encantadas.
A estas horas en la que los generales,
con sus entorchados y medallas,
descargan su ira sobre las nalgas
de alguna mulata
mientras sus castas señoras
les calientan la cama,
yo, el más cuerdo de los locos,
escribo un responso
que ponga las cosas en su sitio
y me deje en paz el alma.
José Antonio Navarro i Ballesta