Ha llegado el mes de enero
con sus rebajas famosas
donde se compran las cosas
por mucho menos dinero.
Con un treinta o un cuarenta
por ciento o el dos por uno
es normal y es oportuno
el gastar más de la cuenta.
Y la gente, claro está,
suele tirar de tarjeta,
a la que no deja quieta
desde antes de Navidad.
Es cosa digna de ver
esa gran marea humana
que acude cada mañana
(y algunas tardes también)
a la caza de bicocas:
Miran, revuelven, indagan,
guardan cola, firman, pagan
y se van a casa locas
de contento, enardecidas,
ufanas, sacando pecho
y seguras de que han hecho
el negocio de su vida.
Todo está a precio de saldo,
más barato todavía
y hay gente que se ahogaría
en su salsa y en su caldo.
Lector, desde aquí te invito
a que te des una vuelta.
Anda, lector, vete y suelta
algo de tu dinerito.
y mientras subes y bajas,
entre que sales y entras
a lo mejor hasta encuentras
el amor en las rebajas.
PERICO DE LOS PALOTES