En el universo del país de las maravillas, para cientos de miles de sudamericanos Europa resulta una parada sumamente atractiva, sobretodo por la paga que es en euros. Mas cuando se trata de elegir a qué país quieres ir, la mayoría se inclina por España.
La elección se define por varios factores entre los que predomina el idioma como parte fundamental mas que por sus dones históricos, como madre patria.
En ese aspecto, cuyo desenvolvimiento en el campo laboral radica en la lengua, se hace predominante la garantía de la trasmisión monetaria como única fuente de ingresos, destinada a sostener el hogar que lo trajo a la vida.
Al respecto el factor vinculación aparece en el campo laboral del emigrante que llega con una maleta vacía y una cabeza llena de esperanzas de progreso que supera todos los obstáculos con tal de acariciar el sueño seguro, la mesa llena en sus habitáculos tercermundista. Y lo soportan todo, los trabajos que desprecian los hijos de la península ibérica, la exigua paga, de los empleadores ya que se aprovechan de una mano de obra barata, que se pasa por alto el seguro y cuantas condiciones estime poner el empleador, reduciendo la plaza a un seudo empleo, por su condición marginal, en tierras ajenas.
Mas , lo que parece no ser entendido que los grandes hombres de la historia, hayan seguido sus sueños y conquistado tierras lejanas por su arrojo. Así los moros conquistaron España, y España conquisto al Perú con la lección aprendida.
Estas pruebas que implican serias transformaciones en las personas que abandonan sus hogares, su país y su gente, no lo hacen por ir a molestar a los europeos. Nada, simplemente aseguran su plato de lentejas.
Cuando se inicia la vida laboral, la totalidad de las alteraciones y divergencias radicaban en la asimilación de la cultura predominante, en su forma de vida desraizada de sus propios familiares. Dicho ajustamiento, vale la pena cuando se vive y se deja trabajar. Pero qué sucede cuando la Xenofobia ataca?
Vestidos de cualquier manera y donde se les pega la gana, encontraron los díscolos un nuevo entretenimiento “Golpear al sudaca”. La figura lúgubre que se alza en un tren, en una calle desierta y se cierra circularmente para arrasar con su victima
Si bien los tiempos se presentan convulsos, es injusto que semejantes delitos los juzguen con soda y no pasen de ser una noticia mas del día. Seres humanos somos todos. La piel es lo que menos importa. No dejemos campo a la violencia por necesidad laboral, porque mañana mas tarde, su realidad cambiara y el que estuvo abajo estará arriba. Los organismos de Derechos Humanos que obre en línea recta y no se haga de la vista miope cuando la evidencia les golpea la pupila
Maritza Luza Castillo
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