Algunos consideran un signo de apertura que los cubanos puedan publicar cartas al editor en el periódico Granma del Partido Comunista. Es de risa creer en eso. En paÃses con libertad de prensa y de expresión, las cartas de lectores, al editor o al director, son manipulables y manipuladas todo lo que sus responsables quieren. Lo sabemos quienes frecuentamos esas secciones, única forma de introducir opiniones no contratadas en la prensa diaria. La mayorÃa de las cartas no se publican y muchas de las que se publican son censuradas, se abrevian, se suprimen frases o se añaden, se cambia el sentido de la opinión o se deja ésta sin sentido alguno. Los autores de esas cartas al director no tienen nada que hacer frente a esa libertad que se toman los periódicos de hacer con ellas lo que convenga. Si en paÃses con libertad se procede asÃ, no digamos nada de lo que se hará en Cuba, donde no existe la prensa libre ni la libertad de opinión. Quien es contratado para escribir en un diario sabrá a qué atenerse y se amoldará a las condiciones impuestas, pero los lectores no conocen esos tejemanejes internos, son más libres al escribir y por tanto más susceptibles de ser censurados. Que no sueñen los cubanos con aperturas liberales consistentes en comprar electrodomésticos o en escribir a Granma. Es una libertad engañosa.
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