EL HUEVO DE COLÓN

EL HUEVO DE COLÓN
Por Miuris Rivas
Santiago de los Caballeros, Rep. Dominicana
Los grandes hechos, las hazañas destacadas por su trascendencia, casi siempre originan leyendas y anécdotas que con el discurrir del tiempo corren de boca en boca y de país en país. Siendo tal vez el descubrimiento de América, el acontecimiento mas destacado de su época, es normal que no escapara de esta condición y como es natural, mas de una anécdota se tejió a su alrededor.
Unas olvidadas ya, otras menos conocidas, algunas, como la que hoy nos ocupa, consignada en el tiempo y perpetuada por un monumento que despierta en los espectadores, diversos comentarios por tratarse de un emblema levantado en torno a una fábula.
Cuenta la leyenda que en cierta ocasión, se encontraba Cristóbal Colón sentado a la mesa con algunos nobles españoles y que uno de ellos le dijo: “Señor Colón, si vuestra merced no hubiera llegado a las Indias, no faltaría quien hubiese emprendido una acción semejante, ya que España es una tierra pródiga en grandes hombres entendidos en cosmografía y literatura”. El Almirante quedó meditando un instante y no respondió de inmediato a esas palabras, sorpresivamente pidió que le fuese traído un huevo, lo puso sobre la mesa y dijo: “Señores, apuesto con cualquiera de vosotros que sois incapaces de poner de pie este huevo, como puedo hacerlo yo sin ninguna ayuda”. Cada uno de los nobles riendo a carcajadas, pensando que se trataba de una estupidez, lo intentó con absoluto fracaso y cuando Colón tomó el huevo, lo golpeó suavemente en la mesa y rompiéndolo un poco lo puso de pie sin esfuerzo. Todos los presentes quedaron confundidos entendiendo el mensaje que el descubridor quería llevarles: Después de realizada una hazaña, es fácil saber cómo hacerla.
Así surgió esta leyenda que se ha denominado “el huevo de Colón” y cuyo recuerdo se perpetúa en un gigantesco monumento ubicado dentro del perímetro del Parque del Alamillo, 47 hectáreas de terreno en la zona Norte de la Isla La Cartuja, componen esa amplia franja de tierra entre los cauces del río Guadalquivir, recuperada para la ciudad con motivo de la Expo´92. El Alamillo es un parque urbano que recrea el paisaje mediterráneo. Un espacio inmenso que reproduce los ecosistemas de los bosques mediterráneos. Dentro de ese entorno natural hay instalaciones que permiten estar en contacto con la naturaleza, al tiempo que también se disfruta de un esparcimiento lúdico para la familia.
Muchos árboles y arbustos componen este espacio protegido y dotado de condiciones excepcionales para el relax, Olmos, pinos, álamos, alcornoques y no podía faltar el naranjo tan característico de Sevilla, que inunda con su aroma cítrico en este tiempo en que revienta en amarillo oro su fruto y cuando está en flor, es el perfume de azahar, el que conduce por los senderos del parque a los cientos de visitantes que se desplazan por ese entorno en busca de oxígeno puro y de la paz que representa aislarse del sonido vehicular durante unas horas. El parque, situado entre dos estanques, es un hábitat donde moran en absoluta libertad anfibios, reptiles, aves acuáticas y mamíferos, especies que son protegidas no solo por las autoridades, sino también por los visitantes cumpliendo cabalmente con los reglamentos establecidos para tal fin.
En ese entorno se yergue majestuoso El huevo de Colón, un monumento en forma de huevo que por la parte exterior tiene grabados diversas circunstancias que evocan el descubrimiento como las carabelas y otros símbolos de esa empresa empleados por Colón y sus acompañantes, por la parte interior es un museo donde se encuentran numerosas estampas y recuerdos del hecho de mas memoria histórica durante el reinado de los Reyes Católicos.
Indudablemente es Sevilla la ciudad española donde existe mas evidencia del descubrimiento, siendo por consiguiente donde mayores huellas se conservan de la América india, visitar el Archivo de Indias es a distancia, ponerse en contacto con esta parte de América, allí se conserva la esencia de los países descubiertos, parte de sus raíces, es tal vez por ese motivo que los sevillanos conservan para Hispanoamérica, un cariño especial que se traduce en el trato afable que nos dispensan, en alguna parte de Sevilla he encontrado tanta semejanza con nosotros, que me ha parecido como si caminara por cualquier calle de nuestra zona colonial.
En Sevilla, he sentido explosionar los sentimientos y aflorar las emociones mas recónditas, cuando he encontrado reminiscencias de los Taínos, evidencias de la existencia de nuestros aborígenes conservadas intactas en el Archivo de Indias, allí me he detenido ante los anaqueles protegidos por cristales y grabé en mis pupilas las huellas de nuestros antepasados, sintiendo crecer mi orgullo de ser dominicana y llevar en mi piel la evidencia de su color.

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