Para los inmersos en la lívida caparazón de sus cuerpos mortales…
Todavía no se ha dado cuenta. En verdad, ya ha traspasado el umbral…
“Es que no sé por qué tenés el día cambiado por la noche”, le reprocha su hermana menor…
Y lo primero que extravía es su reloj de pulsera.
En seguida, alguien le escuchará decir, metafóricamente casi (sólo casi): “Acabo de perder al Tiempo”. Luego entenderá haberse perdido en el Tiempo...
De hecho, aquella noche de octubre, víspera del Día de Brujas, después de releer “El País de Octubre” de Bradbury, cree soñar una feroz pelea de madrugada con Leopoldo, su mejor amigo, entre el brumoso sopor del fernet con coca-cola que circula y late por su sangre joven, excitada aún por el cremoso pecado tomado de entre las piernas y de la boca de ella, la amigovia de él, que ahora está furioso y despechado, y luego de un debate absurdo pretende golpearlo y golpearlo, hasta matarlo si puede, hasta que, de pronto, como algo tenebroso le agiganta los colmillos, y...
Una luciérnaga vagabunda, perdida como él en esa oscura calleja que lo aprisiona entre Francia y la vía del ferrocarril, le hace notar que ha vuelto en sí... Pero no está solo. Una madeja sanguinolenta de ratas inmundas bebe absorta del charco escarlata que su cuello herido, aún en pequeñas gotas, no deja de manar... Así, de improviso, “¡Pero qué le pasó al Leopo, carajo! ¡Se volvió loco de remate por esa loca...!”. (Mierda que le duele a uno que le muerdan el cuello como lo haría un vampiro de película... Que le hayan mordido el cuello y dejado ensangrentado y tendido de dolor en el suelo sucio de bosta de caballo y caca de perro... Y para peor, a merced de aquellas miserables hocicudas que le sopan a uno la sangre derramada como si fuera caldo de sopa de tomates...).
“¡Cuando te agarre, b..., te voy a destrozar esa energúmena nariz de Cyrano de Bergerac que tanto te gusta amasar, como un paj...”.
Entonces, cuando cree despertar, piensa haber tenido aquella pesadilla porque ese mismo día, como a las ocho de la mañana y en ayunas, debe dar sangre para el Leopo que está enfermo y anémico, atacado por una extraña enfermedad que lo mantiene a suero y tendido como un bicho extraterrestre en el camastro impoluto de la Sala de Cuidados Intensivos del Hospital Zonal...
De hecho, también, nadie podrá avisarle lo que sólo Yo puedo saber acerca de él o de cualquier hombre en este mundo o en el otro, donde mi Ego Pecador los espera para freírlos a fuego lento, por toda una eternidad...
Es que, en realidad, lo que el pobre Lucho ha vivido o le sucede, es exactamente lo contrario a sus expectativas de verismo: ha soñado, sí, pero no que ha luchado en una oscura calleja que lo aprisiona entre Francia y la vía del ferrocarril hasta que, de pronto, algo tenebroso agiganta sus colmillos, y...
Sino que ha soñado con ir ese mismo día, como a las ocho de la mañana y en ayunas, a dar sangre a un pobre amigo, llamado Leopoldo, que está enfermo y anémico, atacado por una extraña enfermedad que lo mantiene a suero y tendido como un bicho extraterrestre en el camastro impoluto de la Sala de Cuidados Intensivos del Hospital Zonal..., y lo ha hecho (soñado) en la inconsciencia de su desmayo nocturno y callejero, tras haber sido mordido realmente por el vampiro de su amigo, quien a su vez cree estar soñando haberse transformado en tan terrible creatura bajo los efectos brumosos del fernet con coca-cola que circula y late por su sangre joven, excitada aún por haber presenciado de improviso el cremoso pecado del Lucho tomando de entre las piernas y de la boca de ella, su amigovia, el elixir augusto de su experimentada sexualidad; y que por eso entonces él, furioso y despechado, pretende golpear y golpear, hasta matar si fuera necesario, hasta que, de pronto, como algo tenebroso se le agigantan los colmillos, y...
Sí, he visto tipos confusos, pero como éstos... Y, nuevamente, de hecho, no todos saben traspasar el umbral que Yo, Pecador, les abro de tanto a tanto, para divertirme nomás, en aquella oscura senda –una de tantas si se quiere- del antiguo barrio latino de la antigua gran ciudad...
(...)
Por ende, el sueño resulta el imperio de su hasta ayer naturaleza humana exigiéndole devolver ya lo que ahora se ha constituido en vital para él.
Entretanto, seguirá perdiendo cosas y seres durante su fatal transformación.
No volverá a exhibir un reloj en su muñeca, ni tendrá una hermana reprochándole que ha cambiado el día por la noche.
Ellos nombrarán como a víctimas, lo que para él es alimento.
Un proceso fantástico que habrá concluido de perfeccionarse cuando, al mirarse en el espejo de la vieja casa paterna, descubra que ha perdido la imagen de su propia persona...
Sin embargo, una ristra de ajos y un crucifijo de plata colgando de la cabeza blanca de su abuela torpe y tonta que regresa de las compras en el mercado, lo sorprende viéndose sin mirarse.
Una abuela que no entiende nada porque, en ese mismo espejo, sólo observa su esmirriada figura volcada en auxilio de un nieto cuya existencia sólo es propia, seguro, de su torpe y tonta imaginación...
Después, operaría –para él- la última pérdida de la que ya no dará cuenta, pobre joven e inexperto vampiro sorprendido.
Sí, tras la puerta aún entreabierta de la casa emboscada ahora por el terror, un viento veloz, galopando desde el oeste, arrasará el polvo de este ser especial prometido en milenario, y destruido en segundos por una circunstancia cualquiera.
¡Que pena!, me reprocho. Ciertamente el equivocado he sido Yo, Pecador, al poner mis esperanzas en estos dos muchachos de onda punk... Mientras, voy a dejar que esa abuela tonta y torpe gima de espanto y grite de miedo, porque nadie responderá a sus aullidos desolados. Ni tan siquiera el tenebroso silencio de los cadáveres de sus hijos y hermanos, nietos y sobrinos desangrados que habitan ahora los insomnes aposentos del primer piso de la casa hueca, violados en los cuellos frescos durante una aciaga medianoche (también cualquiera).-
Adrián N. Escudero (Santa Fe-Argentina)– 29-12-05.-
Publicado el 30-09-06 en el Magazín Virtual LA LUPE.COM – LITERATURAS VANGUARDISTAS (Círculo Internacional de Literatura Vanguardista y postmoderna).
Integra el Libro “DOCTOR DE MUNDOS II - Visiones Extrañas” (Colección de Ficción Conjetural y Metafísica). Inédito. La Botica del Autor, Santa Fe (Argentina), 2003-2007.-
Integra asimismo el Libro “Desde el Umbral (Terrores Cotidianos y de los Otros) – Colección del Horror. Inédito. La Botica del Autor – Santa Fe (Argentina), 2006/2007.