Hola amigos, disculpas por mi ausencia de muchos meses, años, bueno, el tiempo pasa tan rápido que con tanto trajín se pierde hasta la noción de las horas… Les saludo con mucho afecto desde Honduras.

Hace unos dias revisé el sitio de Internet de la votación por las siete maravillas naturales del mundo y me enteré que la biosfera del Río Plátano en mi querida Honduras se encuentra en la posición 54, eso me causó mucha tristeza, pues pude comprender hasta cierto punto que el amor del ciudadano común a la naturaleza se ve reducido, influenciado por el afecto mas bien a otro tipo de distracciones ofrecidas por otras vías de forma superficial.

Pero luego analicé que no todo mundo tiene acceso a una computadora y menos a la red del Internet, por esa razón es que la votación no es muy accesible que se diga y de remate las opciones para ingresar al sitio son confusas porque están escritas en ingles, cuando la mayor parte del pueblo hondureño a duras penas habla su idioma a la perfección, pero bueno, lo importante es que la Biosfera del Río Plátano allí está, siempre majestuosa, verde y refrescante a los ojos de propios y extraños, aunque al final resulte imposible lograr ubicarla en una de las siete maravillas naturales del mundo, no porque haya necesariamente desinterés entre los catrachos, sino por la falta de facilidad para participar en la elección que tengo entendido concluye a finales de este año, pero para nosotros siempre será el lugar mas bello del mundo, claro, sin menospreciar los sitios preciosos que existen en otras partes del planeta.

Desconocer que existe mucha indiferencia entre gran parte de los hondureños hacia la protección de los recursos naturales sería pecar de inocente, eso lo podemos deducir de la enorme cantidad de incendios forestales que se registraron en los últimos dos años, los que dejaron miles de hectáreas de tierra como verdaderos desiertos, con las reservas de agua debilitadas y el impacto de los rayos solares es mayor debido a la escasa protección que ofrece nuestra floresta. Por ello es que decía al inicio que el aprecio del ser humano hacia sus recursos naturales es mínimo en relación con su atracción por otros factores superficiales que solamente dan esparcimiento mientras dura la función, en cambio los beneficios que ofrece la naturaleza son perdurables si se les ofrece un buen trato.

Hasta luego… suerte a todo lector, en cualquier continente, que también se encuentre deseando que algún sitio bello de su país se convierta en una de las nuevas 7 maravillas naturales del mundo.