Portada del sitio > LITERATURA > Relatos > Camino del Silencio
{id_article} Imprimir este artículo Enviar este artículo a un amigo

Camino del Silencio

Antonio Martinez Jurado

España



No recuerdo cuando comencé mi largo y lento caminar hacia ese lugar donde todos de una manera u otra llegaremos, mi peregrinaje comenzó hace años, lo noté porque empecé a olvidarme de cosas y de personas.

La primera etapa de este camino pasó cuando no podía salir a diario , mis paseos eran mas cortos. me cansaba, lo mas importante fue una caida, que me impidíó llevar una vida normal.

 Después, me quedaba largas horas sentado en mi sillón dormitando, soñando con mis antepasados, según me contaban. No me distraía con nada, ni con nadie, a veces me sentía con tantos dolores que mi mal humor se lo transmitía a los demás.

Los días se agolpaban de forma lenta, eran los inicios de mi desorientación y pérdida del rumbo sin saber la noción del tiempo que pasa, no distingo el día de la noche, me cuentan que he estado durante toda la noche deambulando en mis pensamientos, hablando con personas extrañas y viviendo situaciones vividas.

Lo importante del camino es que vas con los seres que te quieren, ellos padecen todas mis situaciones, son felices cuando lo soy, pero se preocupan la mayor parte del tiempo por mi salud. Las horas que estoy con ellos me encuentro en silencio como notando que este camino va a llegar a su fin

El final no llega hasta que pasas por otra etapa, que yo la llamo prueba de vida, mi organismo se encuentra deteriorado, tiene que pasar a otro lugar donde como en todos los caminos hay una posada donde repones fuerzas para seguir adelante. Me encuentro fuera de mi casa, de mi sillón, de mi cama, todo lo hecho de menos, las comidas, chequean todo mi cuerpo, empiezo a notar que todo se desvanece a mi alrededor, mi cuerpo dolorido, atacado y contrarrestado con toda la ciencia moderna, pero aún así sigo en la misma situación, se acentúan mis sueños, me descontrolo psiquicamente y emocional. Veo los fantasmas del pasado, cambian los colores de la habitación, veo mas personas y cada día conozco a menos gente.

Mi cuerpo dolorido no quiere nada mas que descansar, cierro mis ojos. veo las sombras del camino, todo es oscuridad, oigo que alguien me llama, pero su voz se va desvaneciendo se produce como un eco en la lejanía, se vuelve todo silencio, estoy en el camino, es la paz y tranquilidad.

 Al fin puedo descansar.

 

P.-S.

A mi suegro

Este artículo tiene © del autor.

193

   © 2003- 2023 Mundo Cultural Hispano

 


Mundo Cultural Hispano es un medio plural, democrático y abierto. No comparte, forzosamente, las opiniones vertidas en los artículos publicados y/o reproducidos en este portal y no se hace responsable de las mismas ni de sus consecuencias.


SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0