Toda violencia, en su esencia, es criminal: dónde sea y por la razón que sea.
Comienza con el padrasto con el cinto amenazante, en el marido con la bofetada, en la esposa incendiaria, en el insulto callejero, el abuso del fuerte o el pandillero,
el religioso o el filósofo que inmola, la bestia que depreda, el cientÃfico que calcula y provoca la muerte, el partista, el bando, el competidor, aquel que escala su victoria sobre la derrota ensangrentada y fatal del contrincante.
Toda violencia es criminal, venga de donde venga y a dónde vaya.
No necesito creer en Dios ni buscar perdones ni castigos para inculpar la violencia con inteligencia.
Ahora, todos somos madrileños, o estamos marcados para serlo. Pero los emigrantes que murieron en el metro no tuvieron ni siquiera documentos para su residencia y están condenados a una nacionalidad eterna: ser muertos.
¿Qué acusa un muerto si ya no puede señalar?
Si ni siquiera sabemos realmente a quioén debemos el favor de sepultarnos. ¿Qué utilidad practica tienen los inmolados, qué asquerosso valor puede tener un holocausto? Cenizas q enriquecer sobrevivientes, vÃctimas para levantar como banderas los villanos? No será acaso más facil apuntar a dianas mucho más señaladas y precavidamente aisladas? Tampoco es para recomendar.
La recomendación más aceptable es: si el exterminio le resulta inevitable, comience por usted mismo, pero limpiando el cÃrculo alrededor.
Sólo como especulación, pero pienso:
11 DE SEPTIEMBRE
11 DE MARZO
TORRES GEMELAS (lugar significativo)
METRO DE ATOCHA (lugar significativo)
Puntualidad, estrategia, precisión...
El estilo es una señal de identidad.
Quizas se pueda seguir la pista.