Nos conocimos hace muchos años
y nuestras vidas siguieron diferentes caminos.
Tú, que adorabas la vida sin fronteras,
volaste con tus aires de libertad.
Yo, que no tenÃa grandes inquietudes
seguà el camino de la sociedad.
La velocidad del tiempo
de nuevo ha unido nuestros corazones.
Tú, con tu vida comprometida en la sociedad
a través de tu trabajo, ortodoxia y esclavitud,
vagas triste por senderos desiertos.
Yo, que conocà la esclavitud,
los pesares,
las cadenas,
busqué los horizontes de la libertad.
Ahora que he cruzado montañas,
volado con los vientos,
sentido a las nubes viajeras,
siento la libertad de mi corazón.
En cambio, tú, al que amo como amigo,
estás prisionero de tus propias costumbres,
de hábitos culturales,
de ti mismo.
Quiero que el amor de nuestra amistad
abra las puertas de tu esclavitud,
y sientas el amor y la inocencia
de un ser libre.