Mi alma se tiñe de púrpura, profundamente; y sólo brilla en ese súbito instante en el cual su bruz quema mi cuerpo entre nuestra pasión y nuestra tristeza que, al unirnos en uno, abre amplio mi camino de libertad.
Mi amanecer fue tardÃo, mis circunstancias gastadas invadieron mi precoz suspiro. Y el dolor que me aqueja al sentirme sola en esta cama, imaginando estos abrigos ser sus brazos, me calman hasta su llegada; porque todo lo soñado para la noche de anoche quedó sólo en un (...)