IN MEMORIAM
Se llamaba Rony Hernández.
TenÃa 30 años, y un futuro esperanzador, hasta que un coche -un carro, como dicen allá en su paÃs, Honduras- segó su vida.
Era estudiante de derecho y, como la mayorÃa de los jóvenes en hispanoamérica, tenÃa que trabajar para poder vivir y pagar sus estudios. Algún que otro año, las necesidades eran tales que no le quedaba más remedio que aplazar sus estudios hasta el próximo curso... si habÃa (...)
Muchas gracias, Ana, por tu mensaje de solidaridad y de apoyo.
Esté donde esté, estoy seguro de que a Rony le habrán llegado estas palabras y le habrán pintando una sonrisa agradecida en los labios.
Rony era una persona sencilla, humilde y tremendamente humana.
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Recibe un cordial saludos desde Alicante.
Denis Roland