Pequeño, árbol chico mimado cual un niño. Tres semanas llevaba plantado en la tierra. De pronto, alguna mano o garfa dobló su endeble tallo . ¡pobre el arbolillo! Indefenso, en el viento de Otoño abatido Percutió en nuestros corazones disgusto rabia, tristeza.... No claudicamos ni resignamos, no decaÃmos. Enseguida a la faena: recomponer su maslo, tanto, tanto era el cuidado para que la savia subiera que la tierra complacida transpiraba gratitud, ayudando para que el (...)