La inmigración italiana no tuvo intencionalidad aventurera, no vinieron a buscar El Dorado ni la vida regalada, si no tentados por esa América que les ofrecÃa paz y seguridad.TraÃan como bagaje incorporado una cultura amasada en siglos, principios y valores éticos que iban a seguir rigiendo sus vidas aquÃ, en esta tierra donde todo estaba por hacerse. Y se quedaron a construir, a desarrollar, y ¿por qué no? a enseñar sus oficios para los que muchos estaban altamente capacitados y (...)