Nuestra lengua evoluciona y crece pero le pasa lo que a un niño con su ropa: a medida que se desarrolla, le va quedando estrecha y, parte de ella, inservible. Cuando la lengua crece demasiado deprisa, su traje -el diccionario- se le queda pequeño. De ahà la regularidad en las ediciones del DRAE y la proliferación y puesta al dÃa de los “otros” diccionarios: ideológico, de dudas, de argot, de sinónimos y antónimos, del español actual, de extranjerismos, fraseológicos, (...)