Augustus -un Ãntimo amigo mÃo- navegó durante dos años por los abiertos espacios de Internet estudiando con viva curiosidad esta sofisticada tecnologÃa puesta al servicio de la información y la comunicación. Pronto descubrió que una cosa era leer algunas noticias sueltas en la prensa diaria o en las revistas sobre los chats y otra bien diferente implicarse, de una manera más o menos directa, en los graves problemas psicológicos, familiares y de toda Ãndole que se dan en estos (...)