En marzo del año 2003, el presidente George W. Bush denunció que Irak estaba a punto de aniquilar el mundo con sus armas de destrucción masiva, las armas más letales jamás inventadas.
Entonces, el presidente invadió Irak, lanzó aviones y tropas y su popularidad subió a las nubes y fue aclamado por los periodistas y por los polÃticos, y el gobierno republicano y la oposición demócrata fueron un partido único contra la agresión terrorista.
Cuando ya la guerra habÃa destripado a una multitud de iraquÃes, en su mayorÃa mujeres y niños, Bush confesó que las armas de destrucción masiva no habÃan existido. Las armas más letales jamás inventadas habÃan sido inventadas por él.
En las elecciones siguientes, el pueblo lo recompensó reeligiéndolo.
Allá en la infancia, mi mamá me habÃa dicho que la mentira tiene patas cortas. Estaba mal informada.