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A propósito del artículo/texto:

A Isidore Ducasse (Conde de Lautréamont)

El Viernes 18 marzo 2005 por Rolando Revagliatti

El Lector (que no siendo lector)
le abre la garganta
(crea una raja en la que introduce
el arma, rápidamente irreconocible)
El Lector
(impulsado por su iniciativa
o inclinación analfabeta)
le abre la garganta
al volumen
(y así sustrae la urgencia de esos
exudados de animales marinos)
Su despliegue crea la garganta
(la condición que alberga
– rápidamente irreconocible-
el arma)
Ejecuta el desgaste
(y así promete la temporalidad
los plazos de la (...)




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