La mirada de Antonio López se construye sobre un océano de azules luminosos y posee cierta expresión de maestrÃa. Sus ojos viajan y juegan, buscan y encuentran, y dan luz a aquello que su retina contempla desde la sabidurÃa del artista, cualquiera dirÃa que están recién pintados. «Hay momentos en que percibimos cosas realmente inquietantes, sorprendentes, extraordinarias y el artista tiene la capacidad de materializar ese sentimiento», comenta. Instalado en la sala Pedro (...)