"Si tuviera que precisar los primeros estÃmulos que despiertan en mà el interés por situar dos o más personas juntas en el mismo espacio pictórico o escultórico, me referirÃa primero a los ejercicios que realicé en la clase de pintura durante mi último curso en la Escuela de Bellas Artes de Madrid (1953-54), donde los alumnos trabajábamos en una composición formada por una figura humana y un maniquà articulado. En aquel curso la figura utilizada fue siempre una mujer desnuda, (...)